No es fácil saber si será para bien o para mal, pero está claro que hoy en día las redes sociales nos permiten estar en varios sitios al mismo tiempo, así que hasta se puede improvisar una crónica desde la distancia.
Atenta a la actualidad, como siempre, el título de la fiesta (que, como las camisetas, cambia cada edición), se hizo eco del aroma de apocalipsis que hace un tiempo que respiramos: pandemia, guerra en Ucrania y tensión con China, crisis energética, inflación desbocada, inestabilidad política... En fin, un panorama muy sombrío que parece empujarnos al retorno a la madriguera: Si llega el fin del mundo, que me pille... en mi pueblo.
El viernes sigue siendo el "día grande", con sus actividades ya muy tradicionales, aunque la fiesta ocupa tres noches con distinta oferta musical (un DJ el jueves, una verbena tradicional el viernes, y una "disco móvil" el sábado).
De entre los ecos que nos han llegado por diversas vías (los hilos de la red), parece ser que fue memorable el pregón del PGB 69 en la noche del viernes, con Morillo en modo speaker total, secundado con las agudas aportaciones de Jesús Borro.
Muy vistosos también los disfraces, muy concurridas las veladas musicales, muy activa la Asociación AC/DG, abarrotada la espuma de niños... En fin, vuelta a la normalidad.