Sin la más remota sospecha de lo que les aguardaba pocos minutos después, cuarenta y cuatro personas montaron en aquel autobús señalado por la fatalidad del destino poco después de la media noche.
Fatal, sobre todo, la terrible circunstancia de que la barrera del paso a nivel no estuviera echada, a pesar de haber funcionado los sistemas de alerta automáticos. Las crónicas de la época dibujan una patética escena, la del guardabarreras, custodiado por una pareja de la Guardia Civil, llorando de manera inconsolable en estado de shock. Es evidente que, por las razones que fueran, aquella persona no hizo descender la barrera que hubiera evitado el accidente. El tan socorrido "error humano" con el que las grandes empresas eluden responsabilidades.
Fatal, también, el cambio circunstancial del conductor del autobús. Por aquellos años el trayecto habitual lo hacía un conductor muy experimentado, don Florencio, del que siempre he oído decir que, en ese paso, no se fiaba del todo de la barrera y se cercioraba antes de cruzar de que no venía ningún tren, mirando a ambos lados de la vía. En su lugar llevaba el autobús un joven de 27 años, que salvó su vida casi milagrosamente, tras reponerse de sus gravísimas heridas, a quien tal prevención es posible que le pareciera un exceso de celo. Esta segunda fatalidad, desde luego, ya depende en buena medida de la especulación y, en todo caso, no hubiera existido sin la primera.
Y una tercera pudo ser, también, la naturaleza festiva del viaje. Por lo que se cuenta, los más animados, en aquellos tiempos de tan poca atención a la seguridad vial y en un contexto de euforia y alegría, iban cantando de pie en la parte delantera del autobús, que fue la que recibió el impacto directo de la máquina del tren, que lo desplazó más de veinte metros.
El accidente dejó un aterrador saldo de seis víctimas mortales, tres de ellas de Pedrosa, dos de Astudillo y una de Palacios del Alcor. Esa cantidad, sumada a sus edades (dos de ellos tenían 19 años, y los demás, 21, 31, 45 y 64), además del tremendo balance de heridos, 38 personas, algunas de ellas muy graves, entre las que se contaban también naturales de Pedrosa, convirtieron este suceso en una verdadera tragedia para todo el pueblo y su entorno.
Naturalmente, el impacto en los familiares directos es algo imposible de describir, y cada uno lo habrá arrostrado a lo largo de su vida como haya podido. Lo que no deja de producir una sensación extraña es observar la descripción periodística del suceso, tan objetiva y distante, que hemos leído cientos de veces en tragedias ajenas, aplicada a personas de tu entorno inmediato. Es como el relato de un mal sueño.
Hace unos años, el Diario de Burgos sacó en verano una sección que recogía los sucesos más impactantes ocurridos en la ciudad y su provincia a lo largo de los años. Entre ellos figuraba una alusión a este accidente, con una imagen del autobús destrozado, contemplado por unos curiosos. Eso me hizo buscar por las hemerotecas digitales el eco que tuvo en su día la noticia en la prensa, tanto en la de ámbito local como en la de alcance nacional.
Es especialmente conmovedora la referencia a las pertenencias personales que se encontraron diseminadas por el lugar y sus precisiones (una cartilla con 67.000 pesetas de saldo, un décimo de lotería para el próximo sorteo, dos mil pesetas en dinero en metálico y dos relojes, uno de caballero y otro de señora, "éste en pleno funcionamiento"). No alude ningún periodista al sonajero que una de las víctimas traía en el bolsillo del pantalón para su pequeño bebé de nueve meses, a quien la vida, en su caprichoso reparto de dones, ha permitido escribir estas líneas cincuenta y cinco años después.
La noticia en La hoja del lunes (Burgos) [03/07/1967]
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Siete muertos y más de treinta heridos al ser arrollado un autobús por un tren en el paso a nivel de Villalbilla
El trágico hecho ocurrió a las 0,30 de la madrugada y el autocar se dirigía desde Burgos a Astudillo
Las primeras autoridades se interesaron desde el primer momento por el suceso y la asistencia a los lesionados fue organizada inmediatamente
Un trágico accidente, ocurrido a las 0,32 horas en el ya famoso y fatídico paso a nivel de Villalbilla, ha venido a poner crespones negros al cierre de nuestra semana festera. Un autocar de viajeros ocupado por unas 40 personas, al atravesar dicho paso a nivel, cuyas barreras se encontraban levantadas, fue arrollado por un tren de mercancías descendente, que arrastró al vehículo unos veinte metros, quedando entre hierros y chapas retorcidos varios viajeros muertos y otros heridos de consideración.
El autocar, matrícula BU 12.182, de la empresa de N. Pérez, que sirve la línea Burgos-Pedrosa del Príncipe-Astudillo, había salido alrededor de las doce de nuestra ciudad, ocupado por buen número de vecinos de aquellas localidades, que habían pasado la tarde en Burgos, asistiendo algunos a la corrida de toros y los demás a otros espectáculos. La mayoría de los viajeros eran gente soltera.
Tras ocurrir el suceso, el tren detuvo su marcha y el propio maquinista del convoy, Julio Pérez Rodríguez, residente en Miranda de Ebro, se apresuró a cursar aviso urgente a la estación de Alameda, al mismo tiempo que otras personas que viajaban por carretera en ambas direcciones, se apresuraron a prestar los primeros auxilios a las víctimas.
Desde Burgos se desplazaron varias ambulancias para recoger a los heridos, personándose en aquel lugar el jefe provincial de Sanidad y presidente de la Diputación, don Pedro Carazo, al igual que el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, don Juan Prats Calero y el comandante jefe del sector de Tráfico, don Ángel Hernández Moreno, que organizaron la evacuación de accidentados.
Pudo comprobarse, desde los primeros momentos, que seis de los viajeros (entre ellos una mujer) habían resultado muertos en el acto, quedando sus cuerpos horriblemente mutilados y cuya identificación no pudo lograrse en los primeros momentos, hasta tanto se personó el Juzgado de Instrucción de guardia, que lo era el número 2. En el propio lugar, adonde acudimos tan pronto tuvimos conocimiento del hecho, se personaron asimismo inspectores del Cuerpo General de Policía, fuerzas de Tráfico de la Policía Municipal, y Policía Armada y varios vecinos del inmediato pueblo de Villalbilla.
El tráfico quedó interrumpido en la vía ascendente, sobre la cual aparecía semidestruido en su parte delantera el autocar.
Parece ser que la mujer muerta, por averiguaciones que practicamos en el lugar del suceso, era Julia Vallejo Rodríguez, vecina de Astudillo de unos 45 años. Los nombres y circunstancias personales de los otros seis viajeros que perdieron la vida, los ignoramos, porque a la hora de cerrar nuestra edición todavía no habían sido identificados.
En nuestro recorrido informativo por las clínicas de Nuestra Señora del Carmen, San Juan de Dios y Hospital Provincial, pudimos com-
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El suceso de esta madrugada...
pletar estos datos. En la primera ingresó ya cadáver el joven de 19 años Abilio Díez Abad, natural y vecino de Palacios de Alcor (Palencia). También quedaron hospitalizados otros once viajeros, que presentaban diversas heridas y contusiones, entre ellos uno de gravedad, ocho menos graves, y dos con ligeras contusiones.
En la clínica de San Juan de Dios se prestó asistencia a quince heridos, de ellos dos mujeres, con lesiones de pronóstico leve la mayoría, quedando solamente tres hospitalizados. La maestra de Pedrosa del Príncipe, doña Carmen de Simón Ruiz, de 50 años, natural de Burgos, era quien presentaba lesiones de mayor consideración.
En el Hospital Provincial fueron atendidos ocho viajeros de contusiones de diverso carácter. Se trataba de cuatro hombres, dos mujeres y dos niñas. Una de las mujeres se hallaba en gravísimo estado, dos hombres graves y los cinco restantes con lesiones de pronóstico reservado.
Como puede suponerse, tan pronto se conoció en Burgos la magnitud de la tragedia, el jefe provincial de Sanidad alertó a los servicios médicos de todas las clínicas y hospitales de la ciudad, por si eran necesarios sus servicios.
El chófer, Rufiniano Yagüe, vecino de Astudillo, de 27 años, sufrió lesiones de pronóstico reservado.
El gobernador civil y el alcalde de la ciudad, se interesaron por los detalles del suceso, siguiendo con atención el desarrollo de evacuación de los heridos, por cuyo estado se preocuparon personalmente. Asimismo, varios capitulares burgaleses se trasladaron al citado paso a nivel.
La noticia en El Diario de Bugos (Burgos) [04/07/1967]
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Catástrofe automovilista en el paso a nivel de Villalbilla
Un autocar que se dirigía a Astudillo, arrollado por un mercancías: seis muertos y 38 heridos, de ellos nueve graves
El vehículo fue arrastrado por el convoy unos veinte metros
Al cruzar el paso a nivel existente en las inmediaciones del pueblo de Villabilla, fue alcanzado por un tren mercancías descendente el autocar de la empresa N. Pérez, matrícula BU-12182 que conducía Rufiniano Yágüez, de 27 años, vecino de Astudillo y en el que viajaban cuarenta y cuatro personas.
El autocar, que hacía el servicio de línea Burgos-Pedrosa del Príncipe-Astudillo (Palencia) fue alcanzado por el tren en la parte delantera izquierda, siendo despedido a veinte metros de distancia y convirtiéndose el vehículo en una masa informe de chapas y hierros retorcidos, en la que quedaron aprisionados los viajeros. Inmediatamente, el personal de la RENFE que viajaba en el tren y los que viven en las inmediaciones del suceso procedieron a prestar auxilio a los viajeros, sumándose a la humanista labor varios automovilistas que acertaron a pasar por el lugar de accidente, así como autoridades locales y vecindario de la localidad.
Los viajeros menos afectados ayudaron a sus compañeros, produciéndose escenas desgarradoras, al no encontrar algunos a sus familiares o amigos. El maquinista del tren cursó aviso a la estación de Burgos donde se dio la alarma e inmediatamente salieron para el lugar del suceso todas las ambulancias disponibles que evacuaron a los heridos con la máxima diligencia, dirigiendo los trabajos personalmente el jefe provincial de Sanidad y presidente de la Diputación, don Pedro Carazo Carnicero. En el eficaz y rápido servicio colaboraron activamente fuerzas de la Guardia Civil al mando del Teniente Coronel jefe de la Comandancia, don Juan Antonio Prats y el comandante jefe del sector de Tráfico, don Ángel Hernández Moreno. Eficaz ayuda prestaron asimismo agentes de la Policía Armada y varios números de la Policía Municipal, personándose en el lugar del suceso inspectores de la Comisaría de Policía.
La hora en que se produjo el trágico accidente, 0,32 de la madrugada del lunes, es una de las de más movimiento de trenes por la estación burgalesa, tanto ascendentes como descendentes, de ahí que el obrero [ ] de RENFE, que tiene el domicilio junto al paso a nivel, José Pérez Andrés, se apresurara a poner los petardos anunciadores de la catástrofe para avisar a los maquinistas de los trenes que a esa hora tenían forzosamente que pasar por el lugar del suceso. Por su parte, y como ya hemo indicado, el maquinista del mercancías, Julio Pérez Rodríguez, de Miranda de Ebro, dio aviso inmediato a la estación de Burgos desde el apeadero de Alameda.
Con gran rapidez pudo ser retirado el autocar dejando libre la vía impar por la que circulan con normalidad los trenes ascendentes y descendentes.
LAS CAUSAS DEL ACCIDENTE
El conductor del vehículo, al comprobar que las barreras del paso a nivel no estaban cerradas supuso que no había peligro alguno y decidió cruzar con toda normalidad. El porqué no estaba cerrado el paso a nivel es francamente incomprensible, toda vez que el dispositivo que anuncia al guardabarrera la proximidad del tren funcionó, al parecer, con absoluta normalidad. Momentos más tarde de ocurrido el trágico accidente, cuando nos personamos en el paso a nivel, el guardabarrera, Andrés Dorado Villa, no cesaba de llorar, sin encontrar explicación posible a lo sucedido.
LOS SERVICIOS SANITARIOS ALERTADOS
Desde el primer momento, el jefe provincial de Sanidad, dio inmediatas y rápidas órdenes a todos los centros clínicos, presentándose en ellos la totalidad de los médicos. Igualmente la primera autoridad de la provincia mantuvo contacto constante con la Guardia Civil, que le informó con todo detalle de lo ocurrido y las medidas de auxilio adoptadas.
Los heridos fueron trasladados al Hospital provincial, Clínica del Carmen y clínica de San Juan de Dios, siendo igualmente atendidos en la Casa de Socorro varios de los accidentados.
SEIS PERSONAS MUERTAS
En el mismo instante del accidente resultaron muertas cinco personas, cuyos cadáveres, completamente mutilados, fueron recogidos para su posterior identificación. Personado en el lugar del suceso el juzgado de guardia, ordenó el levantamiento de los cadáveres y su traslado al depósito judicial, procediéndose a iniciar los trabajos necesarios para la identificación de las víctimas, lo que se logró, tras dura labor, mediada la mañana del lunes. Otra de las víctimas falleció momentos antes de ingresar en la clínica a la que era trasladada.
A las tres y media de la madrugada del lunes, al servicio de información de la RENFE llegó el rumor de que había sido hallado un nuevo cadáver, lo que afortunadamente y gracias a Dios no resultó ser cierto. La identidad de los fallecidos es la siguiente:
Miguel Manrique García, de 31 años, casado, labrador, de Pedrosa del Príncipe.
Nicanor Andíes de La Serna, de 46 años, soltero, obrero, de Pedrosa del Príncipe.
José María García Miguel, de 19 años, soltero, obrero, de Pedrosa del Príncipe.
Julia Vallejo Rodríguez, de 45 años, de Astudillo, maestra nacional.
Abilio Díez Abad, de 19 años, soltero, de Palacios del Alcor (falleció momentos antes de llegar a la clínica).
Néstor Varas Yágüez, de 21 años, de Astudillo. Se da la circunstancia de que este infortunado joven había contraído matrimonio recientemente y viajaba en compañía de su madre (viuda) y de dos hermanas, Matrina, de 16 años y Carmen María, de 4 años; las dos niñas resultaron con heridas graves y la madre con lesiones menos graves.
La relación de heridos y su estado es como sigue:
EN EL HOSPITAL PROVINCIAL
En el Hospital provincial se encuentran internados los siguientes viajeros:
Felisa Yágüez Antolín, de 46 años, viuda, de Astudillo, heridas menos graves.
Emilio Sendino Ercilla, de 31 años, casado, de Astudillo, grave.
José María Ganzo Miguel, de 32 años, soltero, de Pedrosa del Príncipe, grave.
Félix Velasco Ruiz, de 19 años, soltero, de Pedrosa del Príncipe, grave.
Rufiniano Yágüez Alonso, de 27 años, de Astudillo, muy grave, conductor del autocar.
Matrina Varas Yágüez, de 4 años, de Astudillo, grave.
Martina de Diego Maté, de 49 años, viuda, de Astudillo, menos grave.
Leonor Díez Abad, de 31 años, casada, de Astudillo, grave.
Carmen Cerrote Iglesias, de 33 años, casada, de Astudillo, grave.
Julio Martínez de la Fuente, de 34 años, soltero, de Palacios de Alcor, menos grave.
Emilio Velasco Ruiz, de 34 años, casado, de Pedrosa del Príncipe, menos grave.
Damián Estébanez Estébanez, de 22 años, soltero, de Castrillo de Murcia, grave.
Victoriano Gallardo Borro, de 33 años, soltero, de Pedrosa del Príncipe, leve.
José Meléndez Ruiz, de 35 años, soltero, de Pedrosa del Príncipe, menos grave.
En total se encuentran internados en el Provincial, un herido muy grave, nueve graves, cuatro menos graves y uno leve.
EN LA CLÍNICA DE SAN JUAN DE DIOS
En la clínica de San Juan de Dios fueron internados trece heridos, si bien después de recibir asistencia facultativa y pasar la noche, nueve fueron dados de alta, por la levedad de sus lesiones, quedando solamente cuatro hospitalizados. Estos han sido Adoración Díez Pino, de 31 años, de Villasilos, con heridas calificadas de menos graves; Carmen de Simón Ruiz, de 50 años, de Pedrosa del Príncipe, con fractura de tibia y peroné; Jesús Ruiz Virtus, de 34 años, residente en Villasilos, y Braulio del Río Díaz, de 49 años, habiendo sido calificado de menos grave el estado de estos dos últimos.
La relación de los demás asistidos es como sigue:
Benicio Castrillo Toribios, de 21 años, de Astudillo; Tirso Vargas Plaza, de 18 años, de Astudillo; Rodrigo García Plaza, de 18 años, de Astudillo; Rodrigo García Plaza, de 21 años, de Astudillo; Luis Sancho Vargas, de 21 años, de Astudillo; Santos Peña Ibáñez, de 20 años, de Astudillo; Lucinio Castro Velasco, de 18 años, de Astudillo; José María Ganzo Miguel, de 33 años, de Pedrosa del Príncipe; Salvador García Castro, de 50 años, de Villasilos; Victoriano Gallardo Borro, de Pedrosa del Príncipe; José Meléndez Ruiz, de 35 años, de Pedrosa del Príncipe, y Evilasio Escribano Escribano, de 41 años, de Pedrosa del Príncipe.
EN LA CLÍNICA DEL CARMEN
En este centro fueron diez los asistidos, habiendo uno cuya calificación ha sido de grave y los otros, afortunadamente, son menos graves y leves, por lo que su estado no infunde temores. La relación de heridos ingresados en dicha clínica es la siguiente:
Dionisio Arija Santidrián, de 39 años, de Villasilos; Julián Ruiz Virtus, de 30 años, de Villasilos; Potenciana Francés Gutiérrez, de 61 años, de Pedrosa del Príncipe; Josefa Domínguez, de 27 años, de Castrojeriz; Jesús Villaverde Santoyo, de 27 años, de Astudillo; Rubén García Plaza, de 20 años, de Astudillo; Moisés Orbaneja Ruiz, de 38 años, de Hinestrosa; Daniel Sancho Vizcaino, de 20 años, de Astudillo; Clementina Frías Francés, de 26 años, de Pedrosa del Príncipe, y Félix García Puerta, de 30 años, de Pedrosa del Príncipe.
EL CAPITÁN GENERAL SE INTERESA POR EL ESTADO DE LOS HERIDOS
A primera hora de la mañana de ayer, al tener conocimiento del trágico accidente, el capitán general don Antonio Cores Fernández de Cañete, se interesó por el suceso, solicitando detalles del mismo, y envió a su ayudante, el teniente coronel don Julián Hernáiz, a visitar a los heridos que se encuentran en las diversas clínicas, para interesarse por su estado y ponerse a su disposición.
Por su parte, a altas horas de la madrugada acudió al paso a nivel de Villalbilla el coronel jefe del tercio de la Guardia Civl, don Francisco Javier Díez-Ticio y Embarba. También acudieron los concejales señores Giménez y Muñoz Ávila.
El restablecimiento del servicio normal en la línea del ferrocarril se consiguió a las cinco y media de la mañana, siendo retirado el autocar a un costado de la vía. A primeras horas de la tarde, en una plataforma, el vehículo fue traído a Burgos.
Durante toda la mañana permanecieron de servicio allí fuerzas de la Guardia Civil y números del puesto de Huelgas, que recorrieron la vía recogiendo ropas, dinero, prendas, y otros objetos propiedad de los viajeros y que habían sido lanzados a gran distancia. Entre los objetos hallados figura un reloj de oro de señora, con cadena, y que funcionaba; un décimo de lotería de 100 pesetas para el sorteo de mañana miércoles, bolsos de señora, joyas, ropas, trozos de vestidos, zapatos, etc.
La cantidad de dinero recogida por la Guardia Civil supera las dos mil pesetas, así como una cartilla de una Caja de Ahorros con un saldo de 67.000 pesetas.
La violencia del golpe fue tan grande que algunos de los viajeros quedaron totalmente desnudos.
El autocar realizaba un servicio extraordinario con motivo de las fiestas y reintegraba a sus hogares a los viajeros que habían acudido a la ciudad para presenciar la corrida de toros y asistir a los diversos espectáculos.
Como puede verse por la relación de heridos, muchos de ellos son vecinos de localidades de la provincia de Palencia y la mayor parte viajaban en grupos de amigos o familiares. De ahí que las escenas del accidente fueran de auténtica tragedia, como posteriormente el recorrido que muchos de los viajeros, pese a estar ligeramente conmocionados y con lesiones leves, hicieron por los distintos centros sanitarios en busca de amigos y familiares. DIARO DE BURGOS testimonia su más sentido pésame a los familiares de las víctimas y hace votos por el pronto y total restablecimiento de los heridos. (Foto FEDE)
Gerardo Manrique