viernes, 29 de julio de 2022

El Teleclub


Entre el millón de historias que proclama de manera tan presuntuosa este blog, seria imposible no dedicar un buen puñado de ellas al Teleclub, una institución esencial en el último medio siglo de Pedrosa. 

Como siempre, hay que vencer el apuro que a uno le invade al escribir estas cosas cuando sabe que hay personas mucho más y mejor informadas sobre el particular. Tampoco es fácil el enfoque, porque si el Teleclub ha sido tan importante en vida social de Pedrosa, también lo ha sido para la historia personal de cada uno de nosotros, y es difícil desembarazarse de esa perspectiva. A todo ello se suma la evidencia de que una historia detenida y pormenorizada de nuestro teleclub casi no tendría fin.

Así que he optado por bosquejar una especie de contexto histórico de sus primeros años (valga la hipérbole) y hacer referencia a los principales hitos antes de que la Red Nacional de Teleclubs desapareciera y la institución sobreviviera fuera de esa estructura como una asociación cultural circunscrita a nuestra localidad. Para marcar esos hitos esenciales, he revisado el eco que tuvieron en la prensa del momento (que es lo mismo que decir en El Diario de Burgos). 

Pero, aún reducida mi ambición a estos estrechos márgenes, el resultado desbordaba la amplitud razonable de una entrada, por lo que, dentro de los Apuntes para la Historia de Pedrosa, he abierto un subgrupo de entradas dedicadas al Teleclub. Terreno abierto, dicho sea de paso, a otras aportaciones a las que se les ocurra añadir alguna cosa, enmendar alguna metedura de pata por mi parte, aportar alguna imagen interesante o, simplemente, contar algo que les parezca. Se trata, como se ve, de una cuestión de colocación del material, para que no se nos desparrame y sea complicado dar con él. En esta entrada aparece el listado, ordenado cronológicamente, de las referencias con que iremos completando ese esbozo histórico del los orígenes del teleclub.

En cuanto a la fotografía, ruego que se disculpe este afán de protagonismo, pero no he podido evitar sacar de lo profundo del baúl de los recuerdos esta instantánea de los ochenta que convierte al Teleclub en un museo en el que admirar la obra de Pablo Dueñas, tras una noche que recuerdo intensa, cuando los regentes del bar habían separado ya las mesas para barrer y fregar el suelo. En la parte inferior izquierda de la imagen aparece aquel banco corrido de ladrillos en que vimos unos cuantos capítulos de La Abeja Maya en color, haciendo honor al propósito fundacional de lo que nació como "un club para ver la tele".