Por Florentino Escribano Ruiz, publicado en el número 57 de Regañón, invierno de 2005,
La población de nuestra comarca envejece. No es ninguna novedad. La alarma sobre la continuidad de nuestra historia de ayer, hace tiempo que empezó a sonar. La sirena de urgencias para acelerar un futuro próspero y esperanzador todavía no se ha encendido y mucho me temo que alguien, o mejor dicho, nuestros políticos, hayan echado ya los dados de la suerte y hayan apostado al número perdedor. Entonces, ¿qué va a ser de nuestros pueblos, de nuestras gentes, si el futuro sólo tiene la dirección del envejecer y nadie lo empuja hacia el nacer?
Pero en nuestros pueblos quedan, todavía, muy buenas personas. Son mayores o ancianos, pero llenos de vida y de ilusiones que tienen el futuro de los pueblos en sus manos. A estas personas quiero dedicar este artículo.
Precisamente, entre los intentos que hay, están las asociaciones de Pensionistas y Jubilados. En Pedrosa del Príncipe lleva el nombre de "Virgen de la Olma". Dicha asociación pertenece a la Federación Burgalesa de Jubilados y Pensionistas de Burgos y su provincia.
Me acerco a casa de Román Arenas Arenas, que es el presidente de esta asociación, para que me informe de la cuestión. Román, como muchos mayores de nuestros pueblos, tiene una historia de trabajo muy amplia. A los catorce años empezó a trabajar recogiendo leche para Melgar de Fernamental. A los quince años, estuvo en una finca de labranza en Torrepadierne. De joven se fue siete meses a Suiza con un contrato de trabajo en una granja de ganadería. A los veinticinco años estuvo empleado en una fábrica de quesos del Cerrato, en Baltanás (Palencia). Tiene tres hijas y un hijo, cuatro nietas y dos nietos, por los que siente un cariño sin igual.
Entre esta charla amena que tengo con él, en una mañana luminosa del verano de 2005, se acerca por allí su mujer, Pepa, y también el vecino, Emilio Arenas, que se interesan por el asunto. Pepa, esposa de Román, me enseña su jardín en el corral, lleno de flores, y me da a probar una fresas que cuida con esmero y que desprenden un perfume y un sabor de autenticidad, como es lo de todo aquello que se madura al calor de los rayos limpios del sol.
Oye, Román, ¿cuándo nace esta asociación en el pueblo?
Pues mira, esta asociación se constituyó en Pedrosa del Príncipe allá por el año 1995, con carácter local. Somos, con voz y voto, unos setenta y cinco los socios que han cumplido los sesenta y cinco años, pero los demás pueden ser colaboradores que tienen derecho a la palabra, pero no al voto. Pagamos al año una cuto de seis euros y con eso sufragamos parte de los gastos normales. El resto se financia con las subvenciones de la Federación Provincial, de la Regional y de la Nacional. El recibo de la cuota de la Asociación de Jubilados y el carné tiene validez para todos los sitios donde haya asociación de jubilados.
¿Qué actividades se hacen?
Hay varias, pero no hay personas que se inscriban a ellas. Actualmente tenemos Gimnasia de prevención y mantenimiento para mayores y para el que quiera ir. Pero sólo acuden unas veinte personas.
También se realizan talleres de manualidades con pintura en tela y otros materiales, trabajos manuales de pulseras, pendientes y toda clase de adornos. Cada cual lo hace para sí mismo o por encargo para los vecinos, pero todo se hace sin ánimo de lucro.
No faltan tampoco actividades que ejercitan la memoria, como campeonatos de cartas, brisca, mus y otras que ejercitan el movimiento, como el juego de la tuta, la petanca, la rana y otros.
¿Hacéis excursiones?
Sí, se organizan con mucha frecuencia. Las organizamos junto a otros pueblos. Hemos ido por la provincia de Burgos, también a otras provincias como Ávila, cuando se hizo la exposición de las Edades del Hombre, a Matalascañas, Gerona y otras partes de España. Incluso, también, hemos salido al extranjero. La verdad es que es maravilloso salir de casa y conocer otras formas de vivir.
Interviene en la conversación Emilio, quien añade: La gente no es mucho de salir de casa. Nos da pereza. La juventud tampoco pone mucho interés, ni siquiera cuando la excursión es cercana, pues no se llena el autobús. La excursiones son baratas y están muy bien organizadas. Los hoteles son buenos y con toda clase de lujos y comodidades, pero hay algo que paraliza a las personas y prefieren quedarse en casa, sobre todo los hombres. Parece que las mujeres son más decididas y animadas y acuden en mayor número.
¿Dónde tenéis las reuniones?
Pues, por ahora, está el Centro Cultural del pueblo. Allí organizamos también las actividades culturales. Aquí también las mujeres son más participativas que los hombres y acuden en mayor número.
¿Cómo os organizáis?
Nos regimos por unos estatutos. La máxima autoridad es la Asamblea General. Presentamos las cuentas del año, la memoria de actividades y las mejoras por realizar. Además hay una Junta Directiva formada por siete personas. Actualmente estamos:
Vicepresidente: Luis Arenas
Secretaria: Guadalupe Mínguez
Tesorera: Petra Álvarez
Vocales: Teófilo Arenas y Natividad Urbaneja
¿Qué ventajas vais notando en el pueblo desde que funciona la asociación de jubilados?
Pues se intenta favorecer la unión entre los que quedamos en el pueblo, que la convivencia entre unos y otros nos ayude a ser más felices en los años que nos quedan por vivir. También se promueven programas de salud a través de la gimnasia. Para eso vienen unos monitores profesionales que les paga la Federación Provincial con el dinero de Asuntos Sociales.
¿Cómo animas a la gente para que se asocie. Hay problemas?
Pues, la verdad, es muy difícil conseguirlo. No somos capaces de hacer cosas en común. Quizá no estamos educados para esto y nos cuesta mucho entender que la unión hace la fuerza. Insistimos mucho para que vean las ventajas que tenemos, si entre todos arropamos esta asociación, pero la gente se raja. No sabemos valorar los servicios que se nos ponen al alcance de la mano.
El caso es que se piden cosas, pero, a la hora de la verdad, la gente no acude. Se apuntan, pero luego lo dejan. Dicen que es aburrido, pero no se arrima el hombro para mejorarlo. Las críticas que más se oyen son que no hacemos nada. Pero no es verdad, pues se está constantemente animando actividades muy variadas. Se da a conocer con carteles, que ponemos en cuatro sitios diferentes, pero la gento no los lee y así no se pueden enterar de las cosas que se organizan.
¿Qué te empuja a seguir con esta asociación?
Bueno, yo toda la vida he estado trabajando en una cooperativa y me ha dado una mentalidad de lo que es cooperar. Me gusta dedicarme a que otras personas lo entiendan y lo vivan por el bien de ellos y del pueblo. Yo creo que todos tenemos que sentir la necesidad de arrimar el hombro, no sólo movidos para ganar dinero, sino también para mejorar la vida.
👉 Continúa en Jubilados con júbilo (II) (ver)