No sé si en la división provincial de Javier de Burgos, en 1833, se contemplarían criterios artísticos. Si así hubiera sido, los límites de la provincia de Palencia no hubieran dejado escapar el pórtico románico de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa, en Rebolledo de la Torre. Porque, a mi modesto entender, la joya del "románico palentino" está en la provincia de Burgos, en la tierra de Las Loras, por uno de esos caprichos del río Pisuerga.
Entre otras veces, fuimos a parar por allí en el año 2005, que es cuando esta imagen fue tomada. Podríamos haber colocado la fotografía de cualquiera de sus espléndidos capiteles, porque el pórtico románico de la iglesia es deslumbrante, en su conjunto y en sus detalles. Tiene, además, la notable particularidad de estar firmado por su autor, el magister Juan de Piasca, que dejó su autoría escrita en una inscripción que aún se conserva y que data la obra con precisión en el año 1186.
La escultura de los dos caballeros acometiéndose nos lleva con un intenso dramatismo al siglo XII, en la representación de esa lanzada que penetra por el casco en el cráneo del moro. Tiene un poder de evocación que logra salvar las férreas leyes románicas de sujeción al marco, y casi podemos sentir la brutal muerte del guerrero.
La verdad es que nuestro capitel puede ser la excusa perfecta para visitar el rico románico de la Ojeda palentina o, al otro lado del Pisuerga, ascender a ese poderoso rompehielos calizo que es la peña Amaya, o ver cómo nace nuestro modesto Odrilla, que viene a morir a PDP, en la impresionante cascada de Yeguamea, muy cerca de la localidad de Fuenteodra.
El microturismo es ampliable, y lo mismo vale rendirse un cuarto de hora a este soberbio capitel y darse media vuelta para casa, que sumar a nuestro pequeño objetivo cualquier otro regalo del arte o de la naturaleza que nos queramos hacer.