miércoles, 19 de enero de 2022

El coro de Pedrosa del Príncipe


En la historia reciente de Pedrosa hay un capítulo ineludible, de una enorme trascendencia y significatividad, brillante por por las inmensas satisfacciones que ha deparado a muchas personas y por su sorprendente capacidad de supervivencia. Se trata de nuestro coro. 

El problema con este y otros temas cruciales en el devenir de nuestro pueblo es que necesitarían de un cronista más paciente y mejor informado y que el asunto, en sí mismo, es tan rico y tan lleno de matices, que merece más una generosa monografía bien ilustrada que una triste entrada de blog. Sería muy bonito que alguien, con buenas provisiones de tiempo e ilusión, acometiera semejante desafío. 

Yo, por mi parte, no me resisto a rendir un pequeño homenaje a una iniciativa tan grande y exitosa, a la que estoy enormemente agradecido, no sólo por las satisfacciones personales que me ha deparado como asistente a sus actuaciones, sino, sobre todo, por haber constituido durante muchos años un elemento de disfrute, bienestar y socialización para muchas personas en Pedrosa (entre ellas mi madre).

Por esa razón, yo, a quien la naturaleza no adornó, precisamente, con el don de un buen oído para la música, he sido testigo muy directo del impacto que tenía el coro en la vida de sus participantes. La enorme ilusión que despertaba ante los desafíos musicales que había que superar, los fantásticos viajes que llevaron a sus componentes por toda España (mi madre los recuerda con un profundo cariño), el subidón de autoestima que sus brillantes actuaciones deparaban a sus componentes y al pueblo en su conjunto...

Obviamente, habría que detenerse mucho tiempo en la figura de su gran creador e impulsor, su verdadero factotum, Jesús Vilumbrales. La disponibilidad ilusionada de una persona de su talento fue una de esas loterías que mucha gente no supimos que nos había tocado hasta no haber gastado el último céntimo. 

Si no me siento autorizado para resumir lo que ha significado el coro en Pedrosa, mucho menos para glosar una figura como la de Jesús. Es tarea que compete, si les parece bien, a personas que lo conocieron más a fondo.

Atrapado en esta difícil coyuntura, la de querer escribir sobre un asunto que no se domina lo suficiente, he recurrido a ese banco de datos inagotable que es "Regañón" en busca de lo que escribieron otros más y mejor documentados, y he encontrado un material lo suficientemente interesante, a mi juicio, para homenajear al coro y a su creador (entre otras cosas, sus propias palabras, en dos entrevistas). Sin duda, un homenaje no a la altura de su merecimiento, pero suficiente, al menos, para que en un blog dedicado a PDP no destaque una ausencia tan ostensible.

Así que, a continuación, se reproduce el material tal como fue editado en su día.  


ENTREVISTA A JESÚS VILUMBRALES... MÁS QUE UN DIRECTOR DE COMARCA, por P.S.C., R.M.M. y J.H.A, publicado en el número 6 bis de Regañón (diciembre de 1992).

Hablamos con Jesús Vilumbrales Izquierdo, hombre entrañable y con un don de gentes especial. Así se comprende que mantenga, en nuestra comarca, alrededor de 300 personas, componentes de varios coros, pendientes todos ellos de sus orientaciones musicales y fieles a las horas y tiempo de ensayos.

Jesús nació en el año 1930 en un pequeño pueblo de la sierra, Urrez; pero desde los cuatro meses de su nacimiento vivió en Pedrosa del Príncipe al ser destinado su padre a esta villa como secretario del ayuntamiento. Desde aquí, cursa en Burgos estudios de Filosofía y Teología hasta terminar su carrera. Hoy, casado y con dos hijas, ejerce como agente de la propiedad -colegiado en nuestra ciudad- y regenta la inmobiliaria Gamonal. Estos son, en resumen, sus datos biográficos. 

A él nos dirigimos entrando en el tema que nos ocupa y le preguntamos:

¿Qué te ha movido, Jesús, a formar esos grupos corales en nuestra comarca y cuántos llevas actualmente?

Muy sencillo: desde siempre me atrajo la música, especialmente la polifónica de coros compuestos de voces iguales o mixtas. De estudiante pertenecí a los que dirigía don Emilio Rayón y más tarde Ángel Bravo. Es un verdadero gozo para mí oír música, especialmente clásica-religiosa. Desde hace años paso mis fines de semana con mi mujer y mis hijas en Pedrosa del Príncipe y se me ocurrió proponer la formación de una coral entre los vecinos.

Esta idea se recogió con mucho agrado y así constituimos este primer grupo, integrado por unas 58 personas, mujeres y hombres. La constancia hizo que cada día nos sintiéramos más entusiasmados y pensamos en formar, con todos los niños y niñas del pueblo, una rondalla. Hoy son 25 niños que, con su guitarras, bandurrias y laúdes trabajan en este nuevo cometido.

Más tarde, alguien que oyó a la coral de Pedrosa se sorprendió que en un pueblo tan pequeño (Pedrosa tiene 300 habitantes) existieran estas actividades y recurrieron a mí para estos mismos fines. Acepté y aquí son 60 los que integran la segunda coral. Parecido fue el caso de Castrojeriz, donde son 58 coralistas más, que caminan por estos senderos musicales y con parecidos programas. Finalmente, el alcalde de Tardajos, al que tengo que decir que no dispongo de tiempo material para esta misma propuesta, insiste a traves de un familiar y amigo mío y amigo de él; y yo, sugestionado de que las horas tienen más de 60 minutos, llego a Tardajos y aquí consigo 75 personas para la cuarta coral y 36 niños para una segunda rondalla. Por cierto, es sorpresiva en este pueblo la generosidad de sus vecinos que, en un mes, han comprado y pagado los 36 instrumentos necesarios para este fin: la coral de Tardajos comienza a actuar, por primera vez, el próximo domingo día 20 de este mes. Estos son los grupos, cuatro con un total de 250 personas y dos rondallas en formación, con 60 niños. Unas 300 personas.

Pero esto ¿cómo es posible? ¿Cuándo reúnes a las gentes y cómo y cuándo son los ensayos?

No es imposible, pero sí difícil, en verdad. Los martes y los miércoles a las 8 de la tarde estoy en Tardajos. Los jueves, a las 7:30, en Villadiego y, a las 9, en Castrojeriz. Los viernes,, a las 10, en Pedrosa. Los sábados, a las 5, en Pedrosa, a las 6 en Castrojeriz y a las 7:30 en Villadiego. Los domingos, a las 12 en Castrojeriz y, a las 1:30, en Pedrosa. El tiempo de los ensayos suele ser de una hora y media, distribuido, según las voces de que se compongan las canciones, por cuerdas y particulares, hasta conjuntarles en ensayos generales. Para los de rondalla tenemos dos profesores de Burgos que atienden a los niños los sábados, a las cinco de la tarde en Tardajos y a las siete en Pedrosa. Los que sí exijo es una asistencia total y puntual y, en esto, son todos excelentes y yo, por encima de todo, les he dado y les sigo dando ejemplo.

¿Qué dificultades y satisfacciones has encontrado en esta tarea tan admirable?

Dificultades, una sola: no es lo mismo elegir voces bien timbradas y oídos finos que aceptar libremente y con generosísima comprensión y voluntades. Todos son admitidos y ni a uno solo se le ha despedido. ¿Satisfacciones? Todas. Es una verdadera satisfacción cuando llego al centro de ensayo, contemplar cómo afluyen las personas al mismo lugar por las diferentes calles del pueblo y a la misma hora; es de admirar la obediencia y el ejemplar comportamiento de todos los integrantes. Es un gozo, dentro de lo duro que son los ensayos, conjugar mis bromas con sus bromas; y, cuando las canciones suenan bien, sin más comentarios y con disimulo, nos sonreímos todos queriendo compensar nuestro sacrificio. Otra satisfacción grande es lo que reciben, especialmente las mujeres, la mayoría casadas, quienes después de la monotonía de sus labores domésticas y sus quehaceres, encuentran esos momentos de verdadero recreo y convivencia alegre, volviéndose a encontrar con las que ya son todas amigas.

¿Tenéis apoyos económicos, humanos, de espacios, propiedades... y cuánto ganas tú?

Todas las corales están legalizadas oficialmente, excepto la de Tardajos, que lo estará dentro de un mes. La razón es tener así el derecho a acogernos a esas subvenciones por motivos culturales que se pueden obtener de organismos oficiales. Pero la verdad es otra: estos donativos suelen ser mínimos y ajustados a un bienquedar político que apenas resuelve algo. Los mismos coralistas de su bolsillo y los ayuntamientos especialmente, son los verdaderos colaboradores reales de nuestros presupuestos. Y en cuanto a mí, no dudes que jamás he pedido una peseta. La coral de Villadiego insistió, teniendo en cuenta mis viajes y otros quehaceres, en retribuir con una cantidad mensual que acepté y agradezco. Igualmente Tardajos, a través de su ayuntamiento y los integrantes del coro. Sólo te digo que nuestros desplazamientos, la mayoría de las veces, son pagados por cada uno de nosotros, pero... todos contentos. Y los que nos conocen, estoy seguro, que nos admiran y quieren. Para mí son todos mis mejores amigos, y yo para ellos creo que igual.

Damos las gracias a Jesús Vilumbrales por su dedicación entusiasta a la comarca en este ámbito nuevo y hermoso de la música coral. Quienes conocemos a los grupos con los que trabaja hemos comprobado que no sólo se cultiva en ellos la sensibilidad musical, sino también la relación personal, vecinal y zonal, contribuyendo así a un deseado crecimiento cultural y social de nuestras gentes. 

A esta labor, que materialmente es imposible de compensar, podemos corresponder con el acompañamiento y estímulo a estos grupos; pidiendo que participen en cuantos actos festivos se organicen en nuestros pueblos. Lo que para ellos puede ser un acicate, para los que los escuchemos será un enorme gozo. 



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JESUS VILUMBRALES. UN APASIONADO DE LA MÚSICA POLIFÓNICA DIRIGE VARIAS CORALES DE LA ZONA OESTE DE LA PROVINCIA, por Antonio López-Sanvicente López, publicado en el número 17 de Regañón (octubre de 1995)

Nadie pone en duda que el fenómeno cultural va estando de moda. Ya era hora de que dejase de ser un producto inútil y superfluo. Hasta se relaciona mejor con el mundo circundante. Y la música, el fenómeno musical como portador de ideas y convivencias, se aproxima a la cima.

Claro está que hacen falta motivadores que acerquen al aficionado al ausente musical, fuente cultural que en ciertos entornos no tiene parangón. Y uno de esos "motores" es Jesús Vilumbrales Izquierdo. Gracias a personas como él se salva la sensibilidad, el arte y el gusto.

Con ocasión del concierto ofrecido por las corales de Pedrosa del Príncipe, Villadiego, Castrojeriz y Tardajos, a primeros de julio, en la macrosala "Las Vegas" de Melgar de Fernamental, dialogamos con su director.

Amigo Jesús, ¡estarás satisfecho con el recital que nos has ofrecido!

Sí, estoy contento por lo bien que lo han hecho, y más aún por el comportamiento de todos en cuanto a su puntualidad, atención y aceptación a las indicaciones. Ha resultado bien y creo que el público, muy numeroso, ha pasado un rato muy agradable.

¿Cómo has llegado a conseguir esta agrupación tan numerosa, 240 voces?

Aunque mi residencia habitual es Burgos, todos los fines de semana los paso en Pedrosa del Príncipe. Los pueblos, sus gentes, me agradan mucho. Una partida de mus, una merienda entre amigos y más amigos reunidos en las bodegas al atardecer, concluyen, habitualmente, por efectos del "churrillo" en canciones de todo tipo. Aquí me di cuenta de las buenas voces y gusto de los que entonaban. Fue entonces cuando sugerí formar un coro y, en pocos meses, terminamos reuniéndonos veinte hombres y treinta mujeres, sin distinción de edades. Nuestro primer objetivo fue la parroquia, con motetes diversos y la misa de Perosi a tres voces mixtas.

Esto fue el inicio. Las primeras actuaciones incentivaron los ensayos y se hicieron algunas salidas a pueblos vecinos. Después fue Villadiego el que me propuso eso mismo para ellos. Dos años más tarde, también Castrojeriz; y, a los tres años, Tardajos. Hoy, sin tiempo material para atender a otros grupos. Pero hace cinco meses, Sasamón también optó por integrarse en estas agrupaciones, y les estoy preparando en ello. También lo intenté en Melgar, y algo hicimos, ¿no?... Todo se andará.

¿Cómo te las arreglas y sacas tiempo para ensayar a todos?

Ahora ya no son los fines de semana, sino todos los días de la semana, incluso domingos desde las siete de la tarde hasta las once de la noche, mi tiempo está dedicado con exclusividad a ensayar en esos cinco pueblos. 

Tengo entendido que también has formado otras corales en Burgos y Palencia.

Sí, en Burgos la coral "Juan de Padilla", integrada por 55 personas, desde hace poco más de un año, con cuatro horas de ensayos semanales, a partir de las cinco de la tarde. Y a un grupo de señoras, doce, de 75 hasta 90 años, las dedico dos horas semanales. Todo esto por concierto con el Inserso. En Palencia, en el colegio público "Ave María", durante el curso, me esperaban sesenta niños de 11 a 14 años, y he trabajado con ellos durante cinco meses.

Por otra parte, tengo que manifestar agradecimiento a Miguel Castañeda, organista amigo, por colaborar en nuestros conciertos. 

Bueno. ¿Y qué programa tienes con esta agrupación de corales que tanto nos acaban de deleitar?

De momento, una actuación inmediata en cada uno de los pueblos, en sus respectivas iglesias, porque esto lo venimos haciendo todos los años. También tengo interés grande en una excursión, todos juntos, como premio a su labor. Este proyecto nos une y nos hace continuar siendo más y más amigos todos. 

Oye, ¡con tantos coros serán grandes tus ingresos!

De esto no me gusta hablar mucho, porque son menos de lo que se cree. El Inserso paga lo convenido, aunque con cierto retraso. Los pueblos aportan, los que lo hacen, una cantidad casi voluntaria que me cubren gastos y algo más. De todos los modos, la riqueza que yo recibo de las corales me da más satisfacciones que pesetas, y eso lo valoro mucho más.

¿Cómo te las apañas para organizarte y dirigir a tanta gente?

Lo que yo les exijo es disciplina en la puntualidad a la hora de los ensayos. La conducta de todos y cada uno de ellos y ellos es ejemplar y admirable. Además, les gusta y se lo pasan muy bien. Yo me siento más feliz en esta labor que en cualquier otro trabajo. 

Jesús Vilumbrales dirigió las corales comarcanas en el "Día de la Provincia" celebrado en Sasamón. ¡Vaya misa, para recordar! Es un apasionado de la música coral. Sabe de carencias para cierto virtuosismo. Sabe, sobre todo, dar amistad y motivar a gentes sencillas. Está haciendo mucho por la convivencia a través de la música. Merece justos elogios y generosas cooperaciones. 


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CANTANDO CON JESÚS, por BARDULO, publicado en el número 59 de Regañón, verano de 2006.

Las sopranos y contraltos, delante; los tenores y bajos, detrás. El coro se coloca bajo la atenta mirada del director para asegurarse que todos tengan buena visión. Ellas corrigen corbatas y camisas, se estiran falda y blusa; en la mano, nerviosa y sudada, la carpeta de cuero con la letra en tamaño grande de las canciones fotocopiadas, ordenadas una y otra vez conforme al programa. En unos instantes se abrirá el telón, empezará el concierto, aún hay tiempo para los últimos nervios.

Los espectadores están inquietos, resulta que en esta sala de postín se ha colado esta coral desconocida en los círculos musicales y que ni siquiera saben leer partituras; que cantaban en la bodega, después de las chuletas y el vino, y hasta se atrevían con algún éxito en la sobremesa de bodas y celebraciones; que tienen buena voz, algo de oído. Escaso bagaje para este lugar. Una osadía.

Empezaron como un pasatiempo, cantaremos la Misa y para divertirnos, canciones populares, habaneras… esas cosas. Nos oirá nuestra familia, los vecinos, amigos de fiar, gente nada exigente, muy benevolente.

Ensayan los viernes primero por voces repitiendo hasta memorizar la canción en el tono que canta el director, una vez seguros se juntan todas y tras la algarabía inicial sin sentido, se armonizan las voces y luego se pule con pesadas sesiones para entonar los suaves y los graves. Mucha paciencia después, suena.

Hoy es distinto. Dirige Jesús Vilumbrales esta peculiar coral formada por ángeles excluidos de los coros celestiales. Nada nuevo para él, que dirigió muchos en la tierra. Y cantarán cortado, suave y con sentimiento, como a él le gusta; y sonarán a gloria los himnos a la Virgen de la Olma, a Pedrosa del Príncipe, a Castrojeriz, Levántate niña, o La casa del señor cura… Nuestro repertorio.

Por cierto, Jesús, la selección española, a ti que tanto te gustaba el fútbol, tampoco esta vez llegó a cuartos en el Campeonato del Mundo. 

Te recordaremos viendo fútbol, jugando al mus, llevando el pianillo, buscando partituras, dirigiendo… y, sobre todo, sobre todo, reclamando atención el instante previo a que la coral empieza a cantar.