Después de toda una vida jugando a la lotería del Teleclub, ya nos sabemos el número de memoria. ¿Será este año cuando una voz cantarina lo asocie a una de las cantidades de los grandes premios?
La estadística y la experiencia nos lo figuran como harto improbable. Sin embargo, cuesta renunciar a la quimera de ver aparecer en los telediarios a nuestros paisanos descorchando botellas de champán a la puerta del Teleclub y contestando entre risas un tópico tras otro a los enviados especiales de todas las televisiones. Hay que reconocer que sería un momento glorioso.