Se va desnudando febrero
aportando pasos veloces,
en frío un tanto justiciero,
cambiando poco a poco de carril,
liberando sus secretos a voces
entre un leve sol pasajero,
dando desde el cielo pequeñas coces
con un ambiente un tanto hostil.
aportando pasos veloces,
en frío un tanto justiciero,
cambiando poco a poco de carril,
liberando sus secretos a voces
entre un leve sol pasajero,
dando desde el cielo pequeñas coces
con un ambiente un tanto hostil.
Se va derritiendo el mes,
ese segundo pez del calendario
con desplantes de enero
para dar paso al tercero
aun guardado en el armario.
Ya está descalzo febrero,
dejando uno y otro calcetín
rodeado de un clima estival
afrontando otro peligroso polvorín;
aguardando en el ropero
ese crudo entorno invernal,
sin olvidar el chubasquero
para achicar el temporal
por si acaso cae algún bajo cero.
Se va desnudando febrero
con ese diferente gesto
encadenado entre fiestas de postín
sin ser un mes bisiesto
después marzo pondrá el resto.
Febrero también dispone su santuario:
con memorables fechas en el calendario
se aproxima un atrevido San Valentín
para algún amor incomprendido,
una fecha en tono cordial
ese cupido entre algún aniversario
con ese regalo comprometido
o algún ansiado festín.
Luego cambiaremos de vestido
esta vez ese extraño carnaval:
recambio de sombrero
para dar paso a la chistera
o tal vez un discreto bombín,
alguna careta emulando alguna fiera,
con algún disfraz de torero
para salir del burladero
pintaré tus labios de carmín.
Se va desnudando Febrero,
entre ofertas y rebajas
con alguno que otro pero
entre idas y venidas
con pocos refajos en el billetero,
poco dinero en las cajas;
paseos entre calles y avenidas
apenas se compran alhajas;
un ambiente entristecido
guardando el calor del brasero
con pocos viajes desde Barajas,
en un febrero un tanto retraído
aunque parezcan todo ventajas.
aunque parezcan todo ventajas.
Un febrero demasiado corto
que guardaré en el trastero
por serme un tanto desleal
sin poder salir del agujero
teniendo que cerrar el visillo:
pobres mayores tras el ventanal
sin tener paso a Francia
ni a mí querido Portugal;
yo no puedo pasar hacia Astudillo
se me niega hasta la distancia
sólo llegó al Mimbrajal
detenido en el puente de Itero
sin pasar de Itero del Castillo;
el de la Vega se queda soltero.
Parezco un pobre pionero
cohibido por la vigilancia.
A las ocho se echa el pestillo
con una total relevancia,
¡yo sin visitar al barbero!
aunque parezca tan sencillo.
Otra vez el silencio y la nostalgia.
Andrés Rastrilla
Poeta de Castilla
13 de febrero de 2021