sábado, 13 de febrero de 2021

Desplantes de febrerillo el loco

Se va desnudando febrero 
aportando pasos veloces,
en frío un tanto justiciero,
cambiando poco a poco de carril,
liberando sus secretos a voces
entre un leve sol pasajero,
dando desde el cielo pequeñas coces
con un ambiente un tanto hostil.

Se va derritiendo el mes,
ese segundo pez del calendario 
con desplantes de enero 
para dar paso al tercero 
aun guardado en el armario.

Ya está descalzo febrero,
dejando uno y otro calcetín
rodeado de un clima estival  
afrontando otro peligroso polvorín;
aguardando en el ropero 
ese crudo entorno invernal,
sin olvidar el chubasquero 
para achicar el temporal 
por si acaso cae algún bajo cero.

Se va desnudando febrero 
con ese diferente gesto 
encadenado entre fiestas de postín 
sin ser un mes bisiesto
después marzo pondrá el resto.

Febrero  también dispone su santuario:
con memorables fechas en el calendario 
se aproxima un atrevido San Valentín 
para algún amor incomprendido,
una fecha en tono cordial 
ese cupido entre algún aniversario 
con ese regalo comprometido 
o algún ansiado festín.

Luego cambiaremos de vestido
esta vez ese extraño carnaval:
recambio de sombrero
para dar paso a la chistera
o tal vez un discreto bombín,
alguna careta emulando alguna fiera,
con algún disfraz de torero
para salir del burladero 
pintaré tus labios de carmín.

Se va desnudando Febrero,
entre ofertas y rebajas 
con alguno que otro pero
entre idas y venidas 
con pocos refajos en el billetero,
poco dinero en las cajas;

paseos entre calles y avenidas
apenas se compran alhajas;
un ambiente entristecido 
guardando el calor del brasero 
con pocos viajes desde Barajas,
en un febrero un tanto retraído
aunque parezcan todo ventajas.

Un febrero demasiado corto
que guardaré en el trastero 
por serme  un tanto desleal 
sin poder salir del agujero 
teniendo que cerrar el visillo:
pobres mayores tras el ventanal
sin tener paso a Francia 
ni a mí querido Portugal;
yo no puedo pasar hacia Astudillo 
se me niega hasta la distancia 
sólo llegó al Mimbrajal
detenido en el puente de Itero 
sin pasar de Itero del Castillo;
el de la Vega se queda soltero.

Parezco un pobre pionero 
cohibido por la vigilancia.
A las ocho se echa el pestillo 
con una total relevancia,
¡yo sin visitar al barbero!
aunque parezca tan sencillo.

Otra vez el silencio y la nostalgia.

Andrés Rastrilla 
Poeta de Castilla

13 de febrero de 2021