Voy a contarles una breve historia:
una noche muy particular
llevada después a la gloria
para el saber de la gente
ocurría de un modo muy peculiar
saltando de una silla de repente
buscando fiesta y euforia
con un carácter valiente
para de alguna manera bailar
y así caldear el ambiente.
una noche muy particular
llevada después a la gloria
para el saber de la gente
ocurría de un modo muy peculiar
saltando de una silla de repente
buscando fiesta y euforia
con un carácter valiente
para de alguna manera bailar
y así caldear el ambiente.
Siete se juntaron a beber,
todos a parlamentar,
uno de ellos se fue pronto a casa
no quiso entonces retroceder
ya había venido de comer,
no deseaba cenar
sabiendo que con Don Isidro
esa noche corre peligro
pues casi siempre se desfasa .
¡A la orden mi teniente,
mi teniente coronel!
Hoy el volumen subirá muchos amperios
con mucha mordiente,
denotando grandes creces
así desviar por fin la corriente.
Cuando se unen dos Silverios ,
un galante don Gabriel,
la muleta del honor
todo un grandioso instructor
juntando a dos Andreses
toda una gran torre de Babel
para comer esquisto pastel
cascando luego nueces.
Vamos a echar hoy el retel
que si no a casa emigro;
hoy me apetece noche de hotel
¿qué le parece Don Isidro?
Debemos de dar un buen paseíllo
vayamos a Castro a cenar
no hay más que hablar,
no den más vueltas al molinillo:
después de tanto parlamentar
ya sin ningún tropel
viajaremos hasta Astudillo.
No tengamos ningún desliz
dejemos ya de tonterías
y de tantas idioteces
como dijo el Mesías.
Isidro no tiene manías
nos apetece una pizza
con unos buenos entremeses,
que no falten las servilletas,
no pongan ustedes trabas:
dos raciones de croquetas
y un buen plato de rabas.
La pizza que tenga setas,
como mandan los Ingleses
que contenga también habas.
como mandan los Ingleses
que contenga también habas.
Silverio impone su criterio.
Luego una tarta de queso
con un sabor de primera
un gran postre que remedio;
Isidro se quedó un poco tieso
quería buscar la cocinera
para darle un beso
y después lo que surgiera.
Media docena de señores:
don Isidro y don Gabriel
dos Andreses y dos Silverios.
ya no se sentían tan mayores
buscaron otros remedios
saboreando un gran pastel
para apagar con los extintores
saciando su sed de los calores
cenando con el gran coronel.
Andrés Rastrilla, poeta de Castilla
Octubre de 2021