jueves, 1 de abril de 2021

Una cena de postín

Voy a contarles una breve historia:
una noche muy particular 
llevada después a la gloria
para el saber de la gente 
ocurría de un modo muy peculiar
saltando de una silla de repente 
buscando fiesta y euforia 
con un carácter valiente 
para de alguna manera bailar 
y así caldear el ambiente.
 
Siete se juntaron a beber,
todos a parlamentar,
uno de ellos se fue pronto a casa 
no quiso entonces retroceder 
ya había venido de comer,
no deseaba cenar
sabiendo que con Don Isidro 
esa noche corre peligro 
pues casi siempre se desfasa .
¡A la orden mi teniente,
mi teniente coronel!

Hoy  el volumen subirá muchos amperios 
con mucha mordiente,
denotando grandes creces 
así desviar por fin la corriente.

Cuando se unen dos Silverios ,
un galante don Gabriel,
la muleta del honor 
todo un grandioso instructor 
juntando a dos Andreses 
toda una gran torre de Babel 
para comer esquisto pastel 
cascando luego nueces.

Vamos a echar hoy el retel 
que si no a casa emigro;
hoy me apetece noche de hotel 
¿qué le parece Don Isidro?

Debemos de dar un buen paseíllo 
vayamos a Castro a cenar 
no hay más que hablar, 
no den más vueltas al molinillo:
después de tanto parlamentar 
ya sin ningún tropel 
viajaremos hasta Astudillo.

No tengamos ningún desliz 
dejemos ya de tonterías 
y de tantas idioteces 
como dijo el Mesías.

Isidro no tiene manías 
nos apetece una pizza 
con unos buenos entremeses,
que no falten las servilletas,
no pongan ustedes trabas: 
dos raciones de croquetas 
y un buen plato de rabas.
La pizza que tenga setas,
como mandan los Ingleses 
que contenga también habas.

Silverio impone su criterio.
Luego una tarta de queso 
con un sabor de primera 
un gran postre que remedio;

Isidro se quedó un poco tieso 
quería buscar la cocinera 
para darle un beso 
y después lo que surgiera.

Media docena de señores:
don Isidro y don Gabriel 
dos Andreses y dos Silverios.
ya no se sentían tan mayores 
buscaron otros remedios 
saboreando un gran pastel 
para apagar con los extintores 
saciando su sed de los calores 
cenando con el gran coronel.


Andrés Rastrilla, poeta de Castilla
Octubre de 2021