lunes, 25 de enero de 2021

La caída de Honorato

Para mí es menester
decir que me vino a la memoria 
un ver para creer,
una increíble historia 
para poderte entretener,
algo que no pasa normalmente.

Desvelar aquella parodia 
que no volverá a suceder, 
un relato muy diferente;
a ver si te lo puedes creer
lo llevaremos a la gloria 
si resultará repelente.

Pudiera ser susceptible 
constatarlo de un modo insolente
visto el absurdo panorama 
hoy calentaré el ambiente,
me pondré el pijama
para poder entrar en la cama 
desvelando un pequeño drama.
Volviéndome invisible 
inédito e inexistente,
y al apagar ese fusible,
aparecerá un careto diferente.

Hoy en tono de humor 
escribo una línea divisoria
cómo si fuera un actor,
ahora mis dotes de escritor 
revelan toda una fugaz parodia 
antes de que suene el despertador.

Contar de un intrépido personaje,
tan vulgar como inconsciente,
que antes de ir de viaje 
tomaba un caldito caliente
poniéndose siempre traje,
en cada pie calcetín diferente,
en cada brazo un tatuaje,
un bigote concurrente 
mostrando valor y coraje,
haciendo siempre chantaje 
para destacar entre la gente.

Buscó todas las recetas
para apuntar en su cartilla 
para aprender a asar chuletas 
en una buena parrilla;
preocupado por hacer buenas croquetas 
o una sabrosa tortilla 
con sus mejores facetas 
tomando después un cubatilla.

Un día paso un accidente
un curioso e inédito caso:
pudiera decir que fracasó 
subiendo la cuesta de Valbonilla. 
Se le salió una zapatilla 
cayó y quedó inconsciente;
sangraba de la barbilla,
se rompió una costilla 
¡Qué dolor de repente!
Se dañó el hueso de la rodilla.

¡Un doctor, que es urgente!

Contar este inédito relato 
tan increíble cómo patético;
rápido solicitó una camilla
que venga un médico
le ponga una jeringuilla,
algún optalidón o una pastilla
que por culpa de una polilla 
cuando iba hacia Valbonilla 
se le salió la zapatilla.

¡Casi se mata Honorato!

Andrés Rastrilla 
Poeta de Castilla

25 de enero de 2021