miércoles, 13 de febrero de 2019

1998: El camaleón

Seguro que alguien sabe dar razón del nombre de la fiesta de este año, tan enigmático, a primera vista. Esta es una de las pocas ediciones a las que no me fue posible asistir, y de las que sólo tengo el programa, que no es poca cosa, como se verá.





Destaca, y mucho, la figura del animal. Es la primera vez que el programa contenía una fotografía, y de tan impactante realismo. Se consolida otro rasgo de las fiestas de estos años, la reflexión, ese mensaje moralizador y directo a la atención del lector. Y llama la atención la poesía, no por ser de Jorge Manrique, sino por no haber sido escogida entre sus famosas Coplas a la muerte de su padre, sino de su abstrusa poesía amorosa. 

En cuanto al programa, se sigue fielmente el modelo de años anteriores, ateniéndose a los actos más consolidados. Se nota un cierto y venturoso dejarse llevar. Por cierto, sería interesante saber cuántos culminaron la peregrinación a la fuente de Los Colmenares convocada para las 7:00 de la mañana, y, en su caso, qué harían allí.

Gerardo Manrique