domingo, 21 de agosto de 2022

Tintín en Castrojeriz

Siempre que entro a tomar algo en El Jardín, en Castrojeriz, uno de los negocios de hostelería que prestan su servicio a los peregrinos a los pies de la colegiata de la Virgen del Manzano, me cuesta apartar la vista de un cartel que adorna su espacio interior. 

Se trata de una portada imaginaria del cómic de Hergué, un número inexistente de la colección de Tintín que, sin embargo, resulta tan verosímil que dan ganas de irse de inmediato a una librería a comprarlo y entregarse con avidez a su lectura.  

Como tantas otras cosas de la vida, el señuelo de algo que no existe dispara nuestra imaginación, y nos figuramos una aventura fascinante y divertida, en la que esa casi inverosímil colección de personajes (un héroe adolescente de pantalones cortos arrojado y perspicaz, un capitán de barco leal, aunque borrachín y huraño, un científico sordo que no se entera de nada, pero que crea inventos inconcebibles, dos policías arrogantes y patosos, un perro que piensa y habla para sí y para el lector…) deambulara por Castrojeriz y resolviera algún intrincado misterio, tal vez en la cripta de la Colegiata, tal vez en el claustro de San Juan, en el osario de Santo Domingo, en los vericuetos del castillo o de camino a Mostelares…

Eso lo debe poner la imaginación de todo aquel que, como yo, se quede prendado de esa magnífica portada sin libro que la respalde.