Estos días se ha terminado la adecuación de "la trasera del Teleclub" para fines de recreación infantil con la instalación de un suelo antimagulladuras (neologismo recién inventado) para el tobogán y los columpios, rodeados de un césped artificial que transmite una sensación de mayor seguridad e higiene para los peques que lo disfruten. Supongo que los pocos que se dejan ver por PDP en edad de aprovecharlo lo convertirán en uno de sus rincones favoritos.
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| La trasera del Teleclub, cuando aún no existía el Teleclub |
En tiempos, cuando ya habíamos superado la docena de años, la trasera del teleclub era el espacio clandestino que se tenía más a mano (cigarros y besos furtivos, oscuridad, un buen lugar para escondite ocasional...), aunque yo recuerdo con más cariño el acceso al almacén del lateral norte del edificio. Allí había unas escaleras que conducían a una puerta casi siempre cerrada, y aquel espacio estaba techado, por lo que era la ubicación perfecta para pasar largas horas a la sombra, en días de mucho calor, o también protegidos del aire y la lluvia, en días desapacibles, comiendo pipas sin parar. Y tenía la gran virtualidad de hacerte sentir retirado y oculto, aunque estabas en el centro del pueblo.
Una reforma del edifico nos llevó para siempre aquella cueva artificial, igual que también desapareció la estructura metálica que soportaba la antena (y el escueto rincón en que se asentaba) y hasta las gruesas letras rojas que presidían el teleclub en el porche de entrada.
Fotografía: Carlos Morillo
