miércoles, 1 de junio de 2022

Plaza de la Constitución (más de 25 años)

Por Florentino Escribano Ruiz, publicado en el número 50 de Regañón, enero de 2004


Mirad detenidamente esta fotografía. Observad todos sus detalles. Hay una inscripción oculta. ¿Qué es lo que allí está escrito? ¿Por qué está medio tapada?

En el año 2003 en que se han cumplido 25 años de nuestra actual Constitución española, han sido muchos los reconocimientos, festejos, escritos, opiniones y discursos que se han realizado, para ensalzar los valores que encierra nuestra Constitución. Sus principios, sus normas son como guías fundamentales para crecer en la convivencia pacífica de los pueblos que componen nuestra plural y querida España.

Yo quisiera también contribuir con un pequeño gesto de homenaje destacando un detalle que he encontrado en mi pueblo, pues desde hace mucho más de 25 años todos los vecinos del pueblo han sabido mantener en Pedrosa del Príncipe el nombre de una plaza dedicada a la Constitución. 

Si quitamos el cartel que tapa la mitad del azulejo que hay debajo, descubriremos lo que allí está escrito en abreviatura es precisamente eso: PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN.

Ese azulejo tan antiguo tiene una importancia incalculable, no tanto por su valor material, sino por lo que representa y ha significado a lo largo de los años. Ese azulejo es un documento testimonial, pues ni siquiera en el régimen anterior ninguno de los vecinos, ni tampoco ningún ayuntamiento de la época de Franco, se atrevió a quitarlo. 

Pienso que todavía no se ha dado el valor que merece este documento, pero aún estamos a tiempo para poder remediarlo. Si con este artículo consiguiera destaparlo del todo, sería para mí un gesto muy elocuente que representaría el homenaje que haca a la Constitución todo el pueblo de Pedrosa del Príncipe, con su ayuntamiento al frente, para añadirlo a los múltiples homenajes realizados en muchos pueblos y ciudades de toda España.

¿Dónde está situado este azulejo que da el nombre de la Constitución a esa plaza? ¿Quién lo puso allí? ¿Desde cuándo permanece en ese sitio?

Dicho azulejo, lo conozco desde siempre, asociado a los recuerdos de la escuela de párvulos, cuando doña Eli me enseñaba a diferenciar las letras mayúsculas de las minúsculas y yo ensayaba descifrando las que en ese azulejo estaban escritas, cuando aún estaba totalmente al descubierto.

Aquella escuela de párvulos, que hoy es el salón de reuniones del ayuntamiento, estaba entonces en esta plaza de la Constitución; pero, aunque tuviese el rótulo con ese nombre bien visible, todo el mundo la conocía como "plaza del reloj". 

En esa plaza sigue estando hoy el azulejo que da origen a mis reflexiones, pero lo que queda de él está muy deteriorado y resquebrajado. 

No quiero pensar que sea debido a los golpes o pedradas de algunos reaccionarios, o a las malas miradas de desprecio silencioso de otros tiempos, sino  que, más bien, su deterioro sea debido a los muchos años y al contraste brusco de temperaturas entre los hielos del invierno y los calores del verano. 

Tiene mérito que aún se mantenga visible. ¿Para qué barruntar fantasmas del pasado? Lo importante es que ha superado las pruebas den años amargos, incluida la última, cuando no hace muchos años, se colocaron los rótulos con los nombres de las calles, poniendo sobre su mitad el que llama a esa plaza con el nombre de Santa Cristina. 

En esa ocasión pudo haber desaparecido o haber sido tapado totalmente por la placa actual, o también pudo haber sido totalmente borrado por la piqueta al restaurar la fachada, o hacerse añicos al fijar la placa con los clavos... 

Sin embargo, algo tiene de especial este azulejo, cuando ha permanecido ahí desde que lo pusieron para ensalzar los valores democráticos de la Constitución.

Me gusta pensar que ha permanecido porque no quiere irse de nuestra vida, aunque sólo le permitan verlo más que en una de sus mitades, como dando la sensación de que, incluso así, tímidamente, la Constitución sea respetada; pero seguro que espera que la placa actual libere también su cara oculta para que la otra mitad de la Constitución, también sea conocida y respetada.

Mi sugerencia consiste en proponer al ayuntamiento que se arregle este desaguisado, conservando y protegiendo con los medios adecuados dicho documento histórico; y que dicha plaza sea reconocida con todos los honores como  Plaza de la Constitución. Así, el pueblo de Pedrosa del Príncipe, cuando vea ese azulejo, recordará siempre que los principios constitucionales garantizan los derechos humanos y que, en ningún tiempo ni en ninguna sociedad que se precie, ni en ningún pueblo, deben ser ocultados. 

¿Cuándo pusieron allí este azulejo?

Pues yo no lo sé con precisión, pero sí es cierto que lleva allí más de cincuenta años. La fecha más cercana pudiera ser allá por el año 1931, cuando la Constitución precedente a la actual instauraba la Segunda República. Pero pudiera ser también anterior, pues ha habido con anterioridad otras constituciones.

Aprovechando esta oportunidad, voy a dar un breve repaso a todas ellas. Cada una tuvo sus más y sus menos, pero todas ellas fueron intentos para descubrir valores nuevos que nunca debemos olvidar, bien sea para no cometer los mismos errores o, mejor todavía, para avanzar en los aciertos. 

Un pequeño repaso a las constituciones españolas


1) Constitución de 1812. Se instauró tras la Guerra de la Independencia contra los franceses y la promulgaron las Cortes de Cádiz. Ahí ya decía que la nación española es la unión de todos los españoles de todos los hemisferios. Se decía, también, que la religión de la nación española es y será perpetuamente la Católica, Apostólica y Romana. Fue conocida con el nombre de "La Pepa", y de ahí deriva la expresión "¡Viva la Pepa!" para la expresar la alegría de vivir en libertad. Duró muy poco, pues en el año 1814, el rey Fernando VII se encargó de darle un revés impulsando el retorno del absolutismo. 

2) Constitución de 1837. Fue llamada "progresista", aceptada por el poder moderador de la corona de aquella época que se asentaba en la regente María Cristina. En ella se manifestaban derechos de todos los españoles a imprimir y publicar libremente sus ideas. 

3) Constitución de 1845. Fue considerada moderada, pues la soberanía estaba compartida entre la monarquía de aquella época, encarnada en Isabel II, y las Cortes. También aquí se recoge expresamente que la religión de la nación española es la Católica, Apostólica y Romana y que el estado se obliga a mantener su culto y sus ministros. 

4) Constitución de 1869. Tras el exilio de la reina Isabel, establecía la soberanía nacional al estilo de las democracias con el el ejercicio de las libertades, manteniendo la monarquía como forma de estado. En ella se resaltaba que la soberanía reside esencialmente en la nación y da derecho a reunirse pacíficamente, de asociarse para todos los fines de la vida humana que no sean contrarios a la moral pública. 

5) Constitución de 1976. Se llamó de Cánovas del Castillo pues, tras graves conflictos sociales provocados por monárquicos y la Primera República, fue el artífice de la Restauración de la monarquía borbónica con Alfonso XII, y el ideólogo del sistema político de la monarquía parlamentaria. En esta constitución se estableció que la soberanía no residía en la nación sino "en las Cortes con el Rey" y contenía una declaración de los derechos individuales para emitir libremente sus ideas y opiniones, sin sujeción a la censura previa. La religión oficial del estado era la Católica, Apostólica y Romana. 

6) Constitución de 1931. En ella se aprueba la Constitución, según la cual el Estado se constituía como una Segunda República de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de libertad y justicia. Se configuraba como un estado único que reconocía la autonomía de las regiones. Se implantó el sufragio universal, que incluía por primera vez el voto de la mujer y de los soldados. Cambió radicalmente la protección religiosa hacia la iglesia católica, separando la iglesia del estado y prohibiendo la enseñanza católica y los bienes de las ordenes religiosas. 

La acumulación de conflictos de diferente índole llevó al enfrentamiento social que concluyó con la Guerra Civil del 36 al 39, donde el general Franco se proclamó Caudillo de España hasta su muerte, pero restaurando previamente la monarquía que recayó en el entonces príncipe Juan Carlos.

7) La Constitución actual (1978). Coronado el Rey Juan Carlos I el 22 de noviembre de 1975, se abre un período de redacción de las leyes constituyentes de España en un Estado configurado como una Monarquía parlamentaria.

El 6 de diciembre de 1978, tras un período de consenso entre todas las ideologías, los ciudadanos de España aprobábamos, por gran mayoría, la actual Constitución que recoge las normas para vivir en paz y en libertad.

En ella se recoge que todos los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. El estado no asume ninguna religión como oficial, de tal manera que se organizarán a través de acuerdos con todas las que sean representativas de los ciudadanos. 

Anécdotas de vecinos con los Reyes de la Constitución

Ha llegado a mis manos una fotografía del mes de noviembre de 1971 donde se puede observar una pancarta que dice: Pedrosa del Príncipe con nuestro príncipe de España. Se trataba de la primera visita del príncipe Juan Carlos a la ciudad de Burgos. 

Allí, cobijados bajo esa pancarta, estaba el pueblo de Pedrosa del Príncipe con sus niños, sus jóvenes, sus adultos, hombres, mujeres, mayores y algunos personajes muy entrañables sujetando esa pancarta. Todos, alentando en la figura del príncipe los nuevos tiempos esperanzados que nos llevaron hacia una democracia, regido por una ley común que es nuestra actual Constitución. No fue difícil para un pueblo reivindicar una cosa así, cuando con tesón han mantenido el nombre de una plaza que ensalza dicho nombre. 

Pero esta no ha sido la única anécdota donde se asocia a personas de Pedrosa del Príncipe con los reyes, no ha sido esta la única vez que algunos de los hijos del pueblo han tenido algo que ver en su relación cercana con los monarcas. Sé de buena fuente que hay una persona del pueblo que ha trabajado en los talleres de corte y confección de una casa de alta costura de Madrid. Tanto allí, como en el Palacio Real de la Zarzuela, ha entrado en contacto con la reina para las pruebas, medidas, detalles de artesanía, hablar con ella... para confeccionar los trajes que la reina ha llevado en sus representaciones oficiales, incluido el traje que llevaba el día de su coronación como reina el 22 de noviembre de 1975.

Otra anécdota la he vivido yo personalmente en Ugena (Toledo). Tuve la suerte de coincidir con la reina, Doña Sofía, en una de sus visitas a un centro de rehabilitación de Toxicómanos del Proyecto Hombre, donde yo acudía a hacer un curso de educador. 

Ese día estaban presentes el fundador italiano de dicho proyecto, Mario Picchi, y también el representante de la congregación Pavoniana, que es la que ha traído dicho proyecto a España. La reina Doña Sofía se interesó personalmente por el proyecto y estuvo hablando con la mayor naturalidad con cada uno de los asistentes, interesándose por las tareas que allí se realizaban. Fue para mí un encuentro sorprendente que jamás me había imaginado, me pareció como un imposible hecho realidad por las fuerzas del destino.

Son meras anécdotas, que quizá puedan ser añadidas a otras historias parecidas de otros paisanos. Las resalto como mera curiosidad para destacar que los tiempos han cambiado mucho y que los nuevos aires de esta monarquía parlamentaria son importantes por ser tan cercanos a lo que llamamos el pueblo llano. Todo es un logro de la Constitución actual que nos iguala a todos ante la ley.

Epígolo

25 años con esta Constitución significan que han sido válidos para lograr muchas de las aspiraciones que dieron lugar a ella. Es un número simbólico para celebrar los éxitos que, sin duda alguna, son más abundantes que los errores.

Valgan estas líneas para resaltar, también, en el 25 aniversario de la Constitución Española, que en el pueblo de Pedrosa del Príncipe nunca les ha hecho daño ese nombre y que el humilde detalle de ese azulejo públicamente visible incluso en otras épocas poco favorables merece un reconocimiento histórico por lo que significa de respeto a los valores democráticos. 

La Constitución debe seguir siendo un lugar de encuentro para la convivencia cívica en el respeto a todos en los derechos y en los deberes, en la aplicación correcta de la justicia y de armonía entre ideologías y modos de vida diferentes que, cuando se fundamentan en las leyes constitucionales, son de beneficio para todos los habitantes de un mismo pueblo y para vivir en equilibrio y unión con los otros pueblos.