Por Florentino Escribano Ruiz,
publicado en el número 45 de Regañón (octubre de 2002)
publicado en el número 45 de Regañón (octubre de 2002)
Anoche, cuando dormía,
soñé, ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hacia mi;
manantial de nueva vida
de la que nunca bebí?
De esta manera el poeta Antonio Machado expresa la realización de los sueños que parecen inalcanzables. Valgan también esos mismos versos para expresar la alegría que vivimos un grupo de cincuentones de Pedrosa del Príncipe, en el pasado mes de agosto del 2002. En nombre de todos ellos os lo voy a contar.
¿Qué es lo que celebraban, preguntaréis?
Pues nada más y nada menos que 50 años de vida y el reencuentro con los amigos de nuestros orígenes.
¿Cómo surgió la idea?
Pues las ideas fluyen en la mente, pero hasta que no se hacen realidad no tienen la validez que se merecen. Todo comenzó en un encuentro entre dos amigos. Uno de ellos dijo: ¿Te has dado cuenta de que dentro de nada cumpliremos 50 años? Podríamos hacer algo para festejarlo.
El otro interlocutor asintió con sorpresa, pero todo quedó en una idea sin más concreción en aquel momento.
Pasaba el tiempo y parecía que la idea se quedaba en el olvido, pero Juan José Ruiz Manrique se armó de paciencia y se puso a buscar las direcciones de todos los que habíamos nacido en el año 1952. Fue conectando telefónicamente con las diferentes personas y así surgió la propuesta de plantear la misma iniciativa a los nacidos un año antes y un año después.
Y así se hizo. 29 personas dieron su sí a la participación y otros lo sintieron en el alma al no poder estar presentes.
La organización estaba en buenas manos: Juanjo con las direcciones, Tino con la Misa, Félix, el restaurante y Esther con Josemari, la verbena.
¿Cómo transcurrió la jornada?
El día transcurrió con la normalidad y la organización prevista. Fue un 16 de Agosto, conmemoración de San Roque, tradicionalmente festivo en Pedrosa del Príncipe.
La iglesia fue el primer lugar de reunión y allí, en la Misa, hubo momentos para resaltar varias facetas del pasado de nuestra vida, pero también para manifestar nuestras reivindicaciones hacia el futuro.
De entrada se destacó el sentido celebrativo de alegría, por la vida y la amistad, por los éxitos y los fracasos.
Pedimos perdón a Dios y a la sociedad por nuestra indiferencia, falsedades, engaños y fronteras que impiden el crecimiento de la justicia a nuestro alrededor.
En la homilía, el celebrante, que es uno de los quintos que lleva ya 25 años de cura, nos dirigió unas palabras partiendo de la vida de san Roque que expresan el pensamiento general de todos nosotros y que expongo a continuación.
¿Quién era san Roque?
Coincide nuestro encuentro de amistad con la fiesta de San Roque y, ya que se da esta circunstancia, quiero asociar nuestra vida a su vida pues, en parte, es un poco parecida.
Se dice de San Roque que allá por el siglo XIV se fue de peregrino a Roma buscando los grandes ideales de la vida: la belleza, la luz, la bondad, la sabiduría, la fe, la eternidad...
En su camino de peregrinación se encontró con gentes que sufrían las horrorosas secuelas de la peste, dedicándose a ellas en solidaridad, para sanarles de la enfermedad.
Generación peregrina
Nuestra vida también ha sido algo así. Hemos sido una generación peregrina, hemos tenido que emigrar forzosamente de nuestro pueblo en busca de los ideales para nuestro futuro.
Nos ha tocado afrontar con entusiasmo y entereza, como San Roque, esas otras "pestes" de nuestros tiempos modernos: la falta de trabajo, la adaptación a otro medio, la soledad, el desarraigo familiar... pero hemos salido adelante porque no nos hemos quedado con los brazos cruzados.
Han pasado 50 años y seguimos sintiendo al pueblo en el corazón, pero nos preocupan esas otras "pestes" de hoy que, de nuevo, están cerrando el horizonte hacia un futuro mejor.
Os destaco algunas ideas, con la sana intención de que sirvan como impulso hacia un futuro esperanzador.
Nuestras "pestes" de hoy
- La "peste" de la emigración
En aquella época se hizo muy poco para adaptar el pueblo a las nuevas situaciones que iban llegando y pasó lo peor. La emigración de numerosas familias dejó al pueblo sumergido en un letargo del que aún no se ha despertado. Hay que tomar medidas y prepararnos para el futuro.
Nuestros ayuntamientos tienen que tener iniciativas audaces tomando decisiones con proyectos renovadores, promoviendo cultura, nuevas formas de producción, talleres ocupacionales de nuevos productos agrícolas ecológicos o de primera calidad.
Tienen que dar facilidades y ayudas para construir nuevas viviendas, potenciar el turismo, los servicios médicos de primera necesidad, el cuidado selectivo a los ancianos, buenos accesos por carreteras confortables para poder acercarse a los puestos de trabajos o a centros de estudio en la ciudad desde la residencia y vivienda en el pueblo... de tal manera que si uno se va de aquí, se vaya libremente porque lo elige y no porque le obligan las circunstancias.
- La "peste" de la despoblación
Como consecuencia de la emigración el pueblo va quedándose vacío a pasos de gigante. Un dato lo dice todo: En cuatro años han muerto 30 personas y solamente un niño se ha quedado a vivir entre nosotros.
¿Qué hacer para atraer a familias jóvenes? De nuevo me remito a las iniciativas de los que nos gobiernan.
- La "peste" de la falta de esperanzas
Si no hay esperanzas no se genera vida. En nuestra época había cuatro escuelas. Las esperanzas de una población joven era toda una apuesta de futuro, pero...
Hoy las escuelas de Pedrosa del Príncipe están a punto de desaparecer, por falta de alumnado. ¿Cómo llenar otra vez de niños y de niñas ese edificio tan hermoso?
Habrá que hacer algo para dar acogida a nuevas familias que vengan de fuera, pero eso implica ofrecer puestos de trabajo adaptando los cultivos del regadío a nuevas plantaciones como semilleros, invernaderos, huertos u otros productos que generen mano de obra y riquezas alternativas a lo de siempre... de nuevo, nuestros ayuntamientos tienen el reto ante sí de definir proyectos de futuro que sean capaces de generar esperanzas.
Un pueblo sin proyectos es un pueblo sin esperanzas y un pueblo sin esperanzas es un pueblo enfermo terminal que solo tiene como meta descansar algún día en la paz del cementerio. Esa es una "peste" que tenemos que erradicar.
- La "peste" de la falta de iniciativas
Nosotros constatamos que en nuestra época había un médico que vivía en el pueblo, veterinario, herrero, carpintero, carretero, herrador, tres zapateros, herrero, dos curas y hasta cuatro maestros, cuatro bares y hasta un buen salón de baile donde acudían los de los pueblos de alrededor.
De todas esas profesiones no queda más que el recuerdo y la añoranza. Es verdad que los cambios laborales y la tecnología se ha llevado por medio esas profesiones, pero de nada serviría si ahora tampoco nos adaptados a los nuevos métodos de trabajo.
¿Quién nos conducirá hoy hacia las nuevas iniciativas y mercados?
Hay poderes fácticos que saben muy bien manejar las conciencias dando dinero a los individuos y poniendo a unos contra otros. Ese refrán de "divide y vencerás" se lo han estudiado muy bien y así actúan.
Necesitamos crecer en una mentalidad de cooperativismo, con una visión de futuro como comarca y no solo individual. Necesitamos crear proyectos conjuntos mirando la globalidad de la comarca, continuando en cadena la elaboración de los productos hasta llegar al mercado como último eslabón de la cadena.
En estos años de democracia se han podido hacer muchas cosas, pero no se han hecho. Somos demasiado conformistas. Necesitamos proyectos comunes y unir voluntades entre todos los vecinos del pueblo y de la comarca.
Las pestes de ayer, en los tiempos de San Roque, mataban la vida rápidamente. Las pestes de hoy nos van matando las ilusiones y esperanzas poco a poco y así las personas y los pueblos se vienen a menos. Es urgente dar una respuesta en beneficio del bienestar común.
Con esta fiesta de los quintos os queremos decir que estamos dispuestos a hacer todo lo posible por el futuro de Pedrosa del Príncipe, pues todavía tiene remedio. ¡Contad con nosotros!
En las oraciones de los fieles pedimos a Dios por los residentes en el pueblo, los enfermos, los niños, los difuntos, por todos los que nos gobiernan y por todos los cincuentones para que Dios nos ayude a llevar adelante las responsabilidades personales y colectivas.
En la acción de gracias del final, el celebrante manifestó el agradecimiento a Dios por los padres, por los maestros que nos educaron, las personas del pueblo que nos enseñaron la bondad, el esfuerzo, la alegría...por los curas que nos formaron en la fe y a las autoridades civiles...
Pues, terminada la Misa, nos fuimos a Castrojeriz a continuar la convivencia con una rica comida. La familiaridad y sentido de amistad se respiraba por todos los poros. Se aguantaban las bromas con un humor y serenidad envidiables. Nadie se sentía extraño.
Allí salió a relucir la voz cálida de las canciones de Jesús, la dedicación educativa de Aurelio, la fuerza de Rosario para superar un difícil problema de la vida familiar, la laboriosidad de Balbi, la admiración de Paula, la serenidad de César.
La templanza de Pilar Sendino, la delicadeza de Begoña Ruiz, el sentimiento hacia pueblo de Jose Luis, la cordialidad de Merche, la elocuencia de Eli, el entusiasmo emprendedor de Félix, la audacia de Begoña Peña, la finura de Pilar Bastián, la madurez de Juani, el ímpetu de Esther, el sosiego de Javier, el aplomo de Asun, la firmeza de Goyo.
La disponibilidad de Engraci, el ingenio humorístico de Josemari, la normalidad de Tino, la felicidad de Miguel Ángel, el asombro encantador de Mari al conocer a este grupo de amigos y amigas de la infancia del que hoy es su marido, la perfección y pulcritud de Juan José, la amabilidad y sencillez de Leonor, la generosidad de Sagrario, el saber estar de la de Cordovilla que también se unió a esta fiesta recordando sus años de escuela entre nosotros.
Canciones, chistes, brindis, discursos, recuerdos... todo contribuyó a que el tiempo pasara velozmente lleno de contagiante alegría.
Bueno, eso fue memorable para la historia de un pueblo que no se olvida de sus hijos. La plaza del reloj se llenó de niños jóvenes, adultos, ancianos.
El ambiente era ideal para disfrutar sanamente. Se hicieron bailes colectivos que provocaron la sonrisa sincera. El grupo musical, muy bien elegido por los organizadores, disfrutó de lo lindo al ver que su música llenaba los corazones.
Los más jóvenes del pueblo, nos agasajaron invitándonos a un chocolate que pagaron con el dinero de su propio bolsillo. Gracias a vosotros y a todo el pueblo.
Final
La luna brillaba en el firmamento con un esplendor nuevo. Alguna estrella fugaz dejaba su estela dorada por encima de nuestras cabezas.
La noche fue avanzando y lentamente la plaza se quedó vacía. Había terminado un día de ensueño: como aquella fontana de los versos de Antonio Machado, que fluía dentro de su corazón... también aquí algo fluyó en el ambiente haciendo realidad el manantial de una nueva vida, que
continúa en la amistad de los que residen en el pueblo de Pedrosa del Príncipe y en las personas que, aunque llevemos muchos años lejos de él, lo seguimos queriendo y sintiendo en lo más profundo de nuestro corazón.
¡VIVA LOS QUINTOS QUE NACIERON EN EL 1951, 52 y 53!