sábado, 2 de octubre de 2021

¿Llevas tiempo esperando? Toda mi vida.


Noodles (Robert de Niro), elegantemente vestido, espera a Deborah (Elizabeth McGovern), que aparece bellísima, toda de blanco, aproximándose a él. Al llegar a su altura le dice, en tono de disculpa:

 ¿Llevas mucho esperando?

 Toda mi vida Responde él.

Después de su estancia en la cárcel, Noodles, enriquecido, persevera en su antigua obsesión, conseguir a aquella dulce muchacha a la que vio danzar entre los sacos de harina, a través de una rendija, y de la que quedó prendado para siempre. La bellísima música de Morricone (nuestra Amapola, bellísima amapola) vuelve a apoderarse de la escena. 

Él sabe que su anhelo de poseerla en su totalidad, su cuerpo y su alma, es imposible. Ella es libre, ambiciosa, quiere construir su futuro. Y él dejará escapar toda su frustración en una de las escenas más desoladoras de la historia del cine, en el que la incapacidad de saciar tanto amor degenera en una torpe violencia física que lo destruye todo, y para siempre.

Sergio Leone y Ennio Morricone logran trazar en Érase una vez en América una de las más hermosas epopeyas escritas sobre la frustración de amar.