jueves, 22 de julio de 2021

La construcción del Teleclub

Un día alguien me explicó con detalle las razones por las que yo recordaba las zanjas para la cimentación del Teleclub en la era de al lado de donde finalmente se levantó. Le había comentado yo previamente a mi interlocutor que me recordaba jugando con los amigos al escondite entre aquellas zanjas, siendo muy niño. Y de ahí vino la explicación. 


Imagen de la construcción del Teleclub (nuevo), don Antonio y los obreros que trabajaron en su construcción.

Hace unos años, no sé tampoco muy bien con qué ocasión, me llegaron al correo electrónico unas fotografías escaneadas que, en su día, fueron tomadas por don Antonio, que fuera durante años maestro del pueblo y, por así decir, un dinamizador cultural. Cuando los pequeños íbamos con doña Bea en párvulos, los más mayores iban con don Antonio, hasta ahí llega mi escueto recuerdo.

Don Antonio tenía una de las pocas cámaras fotográficas que se podrían ver por aquellos años en Pedrosa, y a su testimonio debemos unas cuantas fotografías interesantes. 

Una de ellas, sin duda, es este testimonio, en el que se reconoce el pórtico del Teleclub en obras, y en la que, además del propio don Antonio, al que creo adivinar el segundo por la izquierda, posan con orgullo los albañiles de la obra. 

Se me hace muy arcaico el utillaje de los albañiles, y como demasiado desastrada su vestimenta. Pero si forzamos un poco la memoria habrá que convenir en que así eran entonces las cosas. 

Posan con orgullo y con razón. Estaban levantando el edificio, salvas sean la iglesia y la ermita, que ha sido más importante en Pedrosa, al menos en los años de los que yo puedo dar testimonio. El gran centro de socialización del pueblo, que ha sobrevivido a mil avatares y a la decadencia que se llevó por delante a casi todos los demás establecimientos públicos de ocio y mercado del pueblo.

Para otro momento queda también comentar el curioso sistema de financiación al que se echó mano (la espectacular rifa de un Seat 131 llena de avatares) y no digamos todo lo que ha significado, y significa, la asociación cultural Virgen de la Olma, el alma que alimentó ese cuerpo de tejas y ladrillos.

Podríamos escribir y no parar de tantos recuerdos asociados a sus paredes, de tantas emociones imposibles de olvidar. Baste con dejar sentado el hito que supuso su construcción, y este modesto testimonio gráfico en su memoria.
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En el año 2011 el Teleclub conoce una importante reforma, al suprimirse los jardines de entrada y sus legendarias acacias, así como la fuente pétrea que, a modo de gran pila bautismal, presidía la entrada. El terreno se nivela y se instala una suerte de pórtico techado que permite proteger ese recogido espacio del sol y de la lluvia. La antigua fuente es sustituida por otra mucho más moderna, de metal, con el escudo de Pedrosa y su nombre horadado en una de las placas, así como con efectos de luz cuando la fuente está en uso. 

El Teleclub en el proceso de reforma del 2011.

El conjunto se completó en agosto del año siguiente, el 2012, con la instalación en el pilón de la fuente de la escultura de Cristino Díez "La espiga de Caín", una recreación en el mismo metal oxidado de una espiga, símbolo del carácter agrícola del pueblo y homenaje a los labradores.

La silueta de la espiga en las navidades de 2019-2020.



Gerardo Manrique