Me conviene hoy referir
para todos un consejo:
lo difícil que es conseguir
en la vida ser grande
y también llegar a viejo.
Para mí todo esto suena mejor
cuando escucho un instrumento,
un alguien que sabe:
lo que dice esta clave
el que sabe concebir
teniendo la buena llave
para poder reabrir
todo lo que nace de sus manos,
el último planteamiento,
lo que ahora de nuevo observamos.
Todo esto es un invento.
La nueva mano prodigiosa
de aquel hijo pródigo,
de todo un maestro
de una gran persona
que volvió a Pedrosa,
dejando todo su aroma
y despidiéndose de Barcelona.
Ya ahora lo sé:
eres más nuestro,
te perdiste por ahí,
como aquel rey mago,
pero volviste por fin aquí.
Hoy se crece mi alegría,
todo esto va por ti
en una irónica melodía,
este es mi gran halago
te lo dejo con toda mi simpatía
esta es mi nueva poesía,
con todo el cariño y mi fantasía
para el que nacía en este día:
«Felicidades para ti, Santiago,
Gran Maestro de la marquetería».
Andrés Rastrilla, poeta de Castilla