Una palabra vuelve a sonar
con eco altisonante
en un día reluciente
con voz de cercanía
se hace reiterar.
Me vuelve a llamar
con ímpetu y alegría
en este corto febrero
aparece esa llamada reverente.
Hoy de nuevo me vuelvo a acercar
a todo un gran trabajador,
perito y gran agricultor,
que hoy arranca su tractor
con espíritu de gallardía .
Distinto personaje,
atractivo, jovial,
simpático, diferente;
un trabajador como tal
que le gusta ser prudente.
Un día muy frío
remueve este mensaje
para quien muestra señorío:
lo mismo sentado en el tractor
que metido en ese lío
de la fiesta con el mejor traje,
bailando con damas de honor.
De nuevo surge la novedad:
para un alegre soñador
en alguien quiero pensar
que nos muestra su gran criterio
alguien se hace más mayor,
un amigo de la localidad,
siente la palabra felicidad
como la más grande del imperio.
Un nombre se quiere coronar
a veces en tono sonriente
otras veces en rostro serio:
un señor es pleitesía.
Hoy alguien me atrevo a condecorar
me acerca la cercana amistad,
hoy me siento indiferente
y se declara otra poesía
felicitándote a ti, Silverio.
Andrés Rastrilla, poeta de Castilla