Hoy mis letras sienten ahondar
por el buen compañero,
por la buena gente,
en alguien en quien se puede confiar.
Decreto del buen caballero
con la mirada siempre sonriente.
Hoy mi letra a alguien aclama
despertando a la alegría
hacia el buen trabajador
que día tras día me reclama,
para el que debo el gran honor
de dedicarle esta poesía
cantándola en voz de tenor.
Hoy mi letra se desgrana
en alguien grande y diferente:
un jefe amigo de verdad
al que debo mi cordialidad.
Por eso hoy mi fuente mana
soltando todo un torrente
vociferando enorme felicidad
con un lenguaje competente.
Qué grande parece de noche el universo ,
cómo nos hechiza esa luna radiante,
he sentido palpar una estrella
blanca luz color diamante.
La he plasmado en uno y otro verso
para conseguir que sea más reflectante.
Cómo vislumbra esa enérgica centella,
todo se diluye en un instante.
Óscar, para ti toda esta fantasía
en una carta llena de amistad
con mis versos en discos dedicados.
Hoy el cielo se sumerge en alegría
derrochando más felicidad:
¡gran Óscar compañero de verdad!
mis duendes no están atrapados.
Andrés Rastrilla, poeta de Castilla