domingo, 22 de diciembre de 2019

Las setas de la discordia

Una tarde de verano 

en un agosto de impresión 
montando en coche 
con un gran compañero,
amante de la noche
llevando mis versos en mano;
dejando un gran broche 
muestra de mi gran inspiración.

La tarde  respondía tono de alegría
para mí un día especial 
esperando una gran entrevista 
con una gran voz de pleitesía:
la voz de una gran periodista 
la simpática y bella dama 
que me puede alzar a la fama 
afable señorita Mariló Carvajal
con besos y abrazos me despedía.

Gracias por escuchar a este escritor:
un autodidacta del pensamiento 
por dejar demostrar mi valor 
para que Burgos tenga conocimiento.

Luego la tarde invitaba al paseo:
va siendo hora de tomar cerveza
y esta fecha solicita recreo:
cómo estaba todo escrito 
Isidro no te comas la cabeza 
vamos a comer al morito
sin preocuparnos de que haya jaleo.

No le pongas trabas:
que nos sirvan cañas con limón 
pidamos le también unas bravas;
déjate de historias y de tretas 
verás que pronto acabas 
pediremos unas deliciosas setas 
con unas gulas rellenas de jamón.

La simpatía del camarero:
se hacía agradable su desplante 
las setas se retrasaban:
Don Isidro tenía prisa 
servían por todos los lugares
y uno y otro plato pasaba
el barman mostraba su sonrisa 
diciendo porque no pediste calamares.

Voy a aprovechar este instante,
no quiero comerme el tarro
quiero salir a la calle:
me fumaré un cigarro 
y buscaré un asiento 
esperando no se demore  el alimento;
¡Por fin ese gran detalle! 
Don Isidro se pone contento 
parece ser que han llegado las setas 
Menos mal que ilusión 
usted pida pan y deje de recetas,
tómese una caña con limón,
comiendo con fundamento
y dejarse de puñetas
aprenda a elegir la ración
pues parece que se ha echo tarde 
y esto se demoró un mogollón.

Andrés Rastrilla, poeta de Castilla