sábado, 27 de julio de 2019

Claustrofobia y un cadáver, el colmo de un neurótico

En Misterioso asesinato en Manhattan, Woody Allen y Diane Keaton (siempre será la refinada novia de Michael Corleone), esa tumultuosa pareja dentro y fuera del cine, se aventuran a investigar, ella emocionada de poder salir de su monótona vida de ama de casa, y él arrastrado a su pesar por el miedo a no estar a la altura exigida al marido en tal aventura, el presunto asesinato de la mujer de un vecino. Toda la película es una sucesión de diálogos y escenas hilarantes, entre las que sobresale esta, en la que ambos quedan atrapados en un ascensor, cuando iban recabar pruebas materiales de sus sospechas. Pero el ascensor se detiene de manera abrupta, y cuando tratan de salir por su parte superior, se desprende el brazo de un cadáver. Más emoción para la esposa, si cabe, pero todos los miedos y arrepentimientos para él.

Iohannes Neoptolemus