por cada rincón
de nuestra geografía;
llama y fuego son calderas
entre rostro de brujas
removiendo conjuros
disolviendo daños y penas
como manda la ocasión
en esta noche enloquecida.
Noctámbulos perdidos
saborean fuego eterno,
augurios prohibidos
quemando a los malvados
y a los problemas adquiridos
desviando la luz del infierno
para escaldar los pecados
olvidando los enemigos.
Noche mágica de gitanos
brío y buenas esencias
en un fundido revuelo
juntando todas las manos,
apretando nuestro pañuelo,
para convertir monstruos
en dulces sirenas
y condenar al fuego
cada una de nuestras penas
ese tesón de problemas
y todas las malas influencias.
¡Viva la noche de San Juan!
como siempre la más corta,
inspiración de nueva melodía
deseando iluminación.
"Conjuro para toda la gente"
los malos augurios se despedirán
los malos augurios se despedirán
con la mejor premonición
para perder esa nota amarga,
pensar que todo será diferente
desplazando esa mala carga
y así caldear el ambiente.
Haciendo predominar la alegría
quemando toda la porquería
para exaltar la ilusión
y así olvidar a Satán,
desterrando a la soledad
con el mejor coeficiente;
con el mejor coeficiente;
escondiéndola en el desván
para suspender a esa maldad,
abrazando a la compañía
programando la mejor lección
esperando una vida diferente;
saltando el fuego con valentía
en esa hoguera candente.
saltando el fuego con valentía
en esa hoguera candente.
Andrés Rastrilla, poeta de Castilla
24 de junio de 2017
24 de junio de 2017