sábado, 7 de agosto de 2021

El discurso de Carlos Morillo

Captura de un momento del discurso.
Hay veces que tiene que venir alguien de fuera para hacernos ver y sentir las cosas buenas que tenemos. En este caso la expresión "de fuera" no es muy exacta, porque estamos hablando de un gaditano tan aclimatado a nuestro terruño que ya tiene mayor credencial de raposo que alguno de nosotros. 

Con ocasión de la celebración de la Virgen de Agosto que cada año se celebra con solemnidad el día 15 en nuestro pueblo. Subida y bajada de la virgen en procesión a la ermita, misa solemne, acompañamiento de danzantes, un concierto a cargo de una banda de música... El pasado verano, el fatídico 2020, sin embargo, los actos tuvieron que reducirse a la solemnidad de la misa y en la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir.

En ese contexto un tanto desolador (la sensación de ruptura con una tradición tan arraigada), la alocución de Carlos desde el atril de la iglesia en el curso de la celebración de la misa supuso una fuerte inyección de positividad emocional.

Sus palabras, muy sentidas, lograron emocionar a la concurrencia e incluso a él mismo, al que le tembló la voz, y eso que estaba protegido por sus dos pequeños. La pasión en sus palabras, sumada a la sensibilidad emocional provocada por la pandemia, convirtieron su discurso en un potente proyectil directo al corazón.  

Por todo ello, nos ha parecido que aquella alocución, llena de positividad y emoción, merecía ser transcrita como ejemplo de devoción por PDP, por sus tradiciones (en particular, la celebración de la Virgen de la Olma) y por sus gentes. 

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Bendita Virgen de la Olma:

Patrona Señora y Madre de los vecinos de Pedrosa del Príncipe. Hoy, como ayer y mañana, los hijos de tu pueblo queremos rendirte amor y devoción. Hoy, 15 de agosto, te queremos dar las gracias por darlos salud, que en estos momentos es lo más importante. Gracias porque nuestros padres y nuestros hijos continúan adorándote verano tras verano.

Bendita Virgen de la Olma, mientras sigas acompañándonos en tu ermita, el pueblo de Pedrosa del Príncipe permanecerá vivo y fuerte. Niños, jóvenes y mayores mantendrán viva la llama que brilla entre el Pinacho y el Aro, entre el Cotorro Quitapenas y el Odra. 

Tienes que saber, Bendita Virgen de la Olma, que Pedrosa del Príncipe es un pueblo único que no tiene parangón. 

Existen muchos “Pedrosa” en nuestra geografía, pero sólo este se apellida “del Príncipe”, ¡NUESTRO PEDROSA!

El del Pico del Aro, las bodegas, el Teleclub y Donde Goyo. La vadera, el Odra y el Pisuerga y sus cangrejos. La Iglesia de San Esteban, la Ermita y las Escuelas. El frontón y la pista de pádel, la carretera y sus badenes (perdón, badenes no tenemos). Sus casas y sus corrales, cuadras, paneras, huertas y los chozos de los pastores. La Fuente del Piojo, la de la Corvilla, la de Valdenogal y la Pedraja. Y, ¡cómo no!, sus gentes. Sus vecinos y vecinas. El patrimonio más grande e importante de Pedrosa del Príncipe. 

Tienes que saber, Bendita Virgen de la Olma, que Pedrosa del Príncipe es un pueblo de ganaderos y agricultores, de campesinos y pastores, de albañiles y pintores, de vendimiadores, bodegueros y catadores. Y no me quedo aquí, es cuna de buenos políticos y mejores curas; de altos funcionarios y valientes sanitarios. De grandes artistas, de polifacéticos creadores capaces de organizar un excelso musical en esta misma iglesia con más de cincuenta hijos del pueblo. Pedrosa del Príncipe, un pueblo de pintores y poetas, de escritores y escultores. Y, aún más, de ciclistas, de atletas, duatletas y triatletas. ¿Alguien da más?

Porque Pedrosa del Príncipe es el pueblo de todos y de cada uno de nosotros; es nuestro pueblo, es mi pueblo y el de mis hijos. Es el pueblo que todos llevamos en el corazón.

Porque cuando acaba el verano y muchos de nosotros tenemos que partir, Pedrosa del Príncipe permanece aún en nosotros, en nuestro recuerdo, en nuestras oraciones. 

Y esto, queramos o no, solo ocurre en un pueblo vivo, un pueblo que se divierte, un pueblo que trabaja, un pueblo que se organiza, un pueblo que disfruta y un pueblo unido. 

Unido pese a las diferencias, pese a los enfrentamientos, pese a los avatares de la vida. Solo un pueblo unido puede conseguir sus objetivos y sus metas. 

Y, además, unidos en el AMOR a ti, BENDITA VIRGEN DE LA OLMA, Señora nuestra que hoy adoramos. Porque te digo una cosa, Virgen de la Olma, Pedrosa del Príncipe es afortunada de tenerte como patrona; sin embargo, cuánta es tu fortuna al tener a todos estos vecinos y vecinas de un pueblo con mayúsculas, PEDROSA DEL PRÍNCIPE. ¡VIVA! ¡VIVA!