¿Qué puedo hacer?
Entre besos distantes
o abrazos en la lejanía.
No lo puedo entender:
cómo puedo sentirte y amarte,
darte un beso y palparte,
poder –por fin– abrazarte,
si ahora mismo
despiertas nostalgia y abismo
y a la vez te siento perdida.
Necesito alas para volar
y trepar por los cielos
o un navío y navegar
entre mares y océanos;
con sentimientos para luchar,
para tentar tu compañía
pudiendo sólo pensar
y recitarte una poesía.
Te siento débil
entre mis sueños
siendo un vulgar peregrino;
ha llegado el uno de abril
y por más que me pongo en mi empeño
cada vez se me hace más pequeño
encontrarme en tu destino.
Pareces estar perdida
entre alguna gran nube;
una voz de silencio suicida
se apodera de nuestro camino.
Espero ver a esa doncella,
aquel corazón que nunca tuve
la que se siente desvanecida,
aquella que nunca vino,
dejando su penetrante huella
buscada por este campesino.
Andrés Rastrilla, poeta de Castilla