(Para todas las mujeres)
Sigo viéndote
por todos los lados,
te perdí, pero te siento.
Vuélveme a arropar con cariño.
Hoy es tu día
y siento tu aliento
pues tu reflejo es melodía,
es el mejor condimento
para proclamar en silencio
que estás ahí:
haciéndome un guiño
sin ningún desprecio,
pues nunca llegaré a perder
la alegría de verte a ti, mujer,
para dedicarte una poesía.
La incógnita reflejada
en uno y otro momento,
la sonrisa de una dama
alegrando mi mirada;
siempre una clave marcada:
en ese gentil espejo
dando a mi ser consejo.
Reflejo de un pensamiento,
una dulce fantasía,
sentir que de ti no me alejo,
en la voz de mi poesía
con tu figura engalanada.
Por ti, por ser solamente tú
porque siento la inquietud
y me alegra volverte a ver;
eres mágica en virtud,
me alegra todo tu ser
en la mejor magnitud
para hacerme comprender;
hoy mis letras son tu luz
¡gracias a ti, mujer!
Andrés Rastrilla, poeta de Castilla
